Alinearse con las fuerzas
Para esquiar de forma eficiente, tenemos que crear fuerzas, resistir fuerzas y ceder ante las fuerzas.
Para gestionar la magnitud de las fuerzas, utilizamos los movimientos verticales.
Entendemos como movimientos verticales, aquellos que se producen en la perpendicular del punto de apoyo o de equilibrio.
El movimiento vertical en el esquí, es tridimensional, esto es ,que se produce en todas las direcciones. Por eso se habla del equilibrio en 3D`s.
Cuanto mas abiertos estén los ángulos de nuestras articulaciones, seremos capaces de soportar mayores fuerzas, que se producen a medida que aumenta la velocidad a la que esquiamos y/o se reduce el radio de la curva.
Hemos de tener en cuenta que, aunque hipotéticamente podríamos soportar mayores cargas con las articulaciones completamente extendidas, en la realidad, esto es contraproducente, ya que nuestra biomecánica no funciona sinérgicamente en extensión total y además nos seria prácticamente imposible adaptarnos a las irregularidades del terreno.
El momento de la curva en donde será más importante alinearse con las fuerzas, será desde el ápice de la curva hasta que salimos de la máxima pendiente. De esta forma podremos transferir más energía de una curva hacia la siguiente.
Un par de consejos para conseguirlo son:
I:Tener la sensación de que nuestra pierna exterior esta extendida “larga” sobre el apoyo.
II:Elevar el hombro interior al mismo tiempo que contraemos los abdominales oblicuos de la parte exterior del cuerpo.
Nes
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