La experiencia en el puesto es, precisamente, el mérito más valorado en la convocatoria del puesto (hasta treinta puntos, frente a los cinco que, como máximo, rinden los académicos). Cumplidos los requisitos de titulación y tras obtener la mayor puntuación, el candidato pasó a la siguiente fase, la de la entrevista personal, en la que debía demostrar su capacidad y aptitud para el trabajo, prueba que también superó. Ahora solo resta que se haga efectivo su nombramiento.
Las condiciones de la convocatoria mantienen la exigencia de capacitación técnica para el director de la estación, un perfil que empezó a cumplir el todavía responsable, David Aja, y que evita a Cantur tener que encargar a empresas externas -con el consiguiente desembolso- los informes técnicos para avalar las buenas condiciones de maquinaria e instalaciones.
Francisco Martín, consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, aseguró que el nuevo director de Alto Campoo se incorporará «lo antes posible», ante la cercanía de la temporada y la necesidad de «tener la estación preparada antes de que empiece a nevar».
Fue una filial de Saetde, especializada en el diseño, la construcción y la gestión de estaciones de esquí, la que, hace cinco años, estuvo estudiando la posibilidad de hacerse cargo de Alto Campoo, una posibilidad que el Gobierno de entonces, presidido por Ignacio Diego, veía con buenos ojos. El rendimiento irregular de la estación, que puede alternar resultados anuales magníficos y desastrosos, y la necesidad de efectuar grandes inversiones para optimizar su rendimiento, contribuyeron a dejar aparcado el proyecto, que podría haberse reactivado con la instalación de los cañones de nieve.
Las conversaciones de la firma con el Gobierno quedaron pendientes de que la primera realizara un estudio de mercado, en el que se concluyó que para potenciar Alto Campoo y convertirlo en un buen negocio era preciso invertir casi veinte millones de euros, una cantidad muy elevada para una estación familiar, de fin de semana, con 28 kilómetros esquiables en sus mejores momentos. La instalación de cañones de nieve, a cuenta de Cantabria, podría ayudar a explorar de nuevo el plan.
No obstante, Francisco Martín fue tajante al rechazar esta posibilidad, y aseguró que el Gobierno regional «no se plantea, en absoluto», que una empresa externa se haga cargo de la gestión de las instalaciones.
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