Entre las medidas que ha tomado la empresa para adelgazar la deuda ha sido vender el teleférico Rellerli que da acceso al área del mismo nombre y sus pistas, un sector separado de la propia estación de Gstaad y a la que solo se puede acceder mediante ese remonte. Bertarelli, un multimillonario suizo de 50 años de edad que hizo su fortuna tras vender la farmacéutica heredada de su padre a la alemana Merck, y quien ha ofrecido 15 millones de Francos Suizos por la instalación y la montaña, suficientes para sufragar la deuda y que Gstaad pueda acometer nuevas inversiones.
Pero los residentes locales ya han puesto el grito en el cielo, entre ellos el dos veces campeón del mundo de Gigante Mike von Grünigen, quien aprendió a esquiar en una estación cercana a la Gstaad, en el cantón de Berna.
El proyecto de Bertarello ya ha sido aprobado por las autoridades locales. Desde la estación consideran que esta venta no tiene que afectar la percepción de los clientes, ya que no estaba conectada al área esquiable de Gstaad, que así mismo se compone de varios sectores, algunos sin conectar por pista, pero Von Grünigen afirma que es una lástima porque esta es una de las zonas más bonitas del complejo invernal.
Raaflaub Emanuel, Presidente de la compañía de remontes de Gstaad afirma no obstante que aunque es una lástima tener que vender parte de los activos de la estación, "lo cierto es que tenemos muchos remontes y pocos clientes". El directivo afirma el teleférico se mantendrá en activo hasta el 2018. Entonces se desmontará, y en su estación superior, a 1.831 metros de altura, se construirá la mansión. No está claro como accederá el millonario, si volverá a montar otro remonte, construirá una carretera, o lo hará con algún vehículo de nieve. Si hay una cláusula al parecer, que obliga a mantener parte de esa zona abierta al público, donde hay un par de telesquís, varias pistas, y en verano un tobogán alpino.
Los ingresos de esta venta entrarán dentro del paquete de 60 millones de Francos Suizos que se consideran necesarios para salvar la estación, y cuyos fondos (ya sea en préstamos o la búsqueda de subvenciones) se tienen que votar la semana que viene. El acuerdo final está sujeto a la aprobación definitiva del Cantón de Vaud.