Erase una vez un pueblo de Estados Unidos que tenía una estación de esquí que pasaba por dificultades económicas. Los habitantes pensaron que aquella estación no podía cerrar, así que entre todos juntaron dinero y compraron las tierras, remontes e instalaciones. A cambio, los niños de aquel pueblo podrían esquiar gratis toda su vida.
Eso ocurrió en la temporada 1960-1961. Hoy aquellos niños han crecido, superando los cuarenta y con mas ganas de esquiar que nunca, pero mira por donde, que ha llegado el ogro, en forma de corporación empresarial, ha comprado la estación y les ha dicho a aquellos niños, que hoy son adultos, son mas de 1.000, pero que siguen disfrutando como chavales, que sus forfaits vitalicios ya no sirven. Les quedan dos temporadas mas para disfrutarlos...
La historia, que es lo que ocurrió en la estación de esquí de Kilington ha puesto en pie de guerra a los habitantes de aquel pueblo, que ven como aquella estación que ayudaron a mantener, y que mas tarde vendieron a una empresa gestora que les mantuvo sus derechos, hoy, tras ser comprada de nuevo, no les deja esquiar si no es pasando por caja.
Y es que la nueva empresa, argumenta que ellos han comprado las instalaciones, pero que en el contrato no especifica que se deban respetar unos derechos adquiridos hace 40 años.
Los aficionados no entienden la política de la nueva empresa, que aleja a los potenciales clientes, en lugar de atraerlos, y así lo han demostrado en el foro local de killingtonzone.com. La historia tiene visos de alargarse bastante tiempo, ya que las dos partes se han puesto en manos de abogados, y ambas dicen tener razón.
Se acabó el esquiar gratis
Erase una vez un pueblo de Estados Unidos que tenía una estación de esquí que pasaba por dificultades económicas. Los habitantes pensaron que aquella