Hoy se ha puesto en marcha el Galdhøpiggen Sommerskisenter, una de las escasas estaciones de esquí en el mundo que solo abren a partir de la primavera. Las fuertes nevadas del invierno hacen inviable poder mantener operativas las instalaciones o la carretera limpia.
Se trata de un muy pequeño centro de esquí situado en el centro de Noruega, pero en la montaña más alta de escandinavia, Galdháppigen que con sus 2.469 metros además de acoger un glaciar, da nombre a esta estación de esquí.
Galdhøpiggen Sommersksenter cuenta con apenas 5 kilómetros de pistas diseñadas de una forma peculiar que asemeja una especie de cebolla. Con un solo telesquí doble que va por el centro de la estación de esquí, una vez arriba el esquiador o snowboarder se encuentra con 25 trazados que parten todos del mismo punto y en paralelo discurren todas hasta encontrarse también juntas en la base.
Se trata de una estación enfocada prácticamente a los clubes y corredores que quieren o necesitan seguir entrenándose fuera de la temporada de esquí regular. Aunque eso si, aquí no se está para dejar a nadie fuera, así que se acepta la entrada de esquiadores 'turistas'.
Hay que tener en cuenta no obstante que muchas de las pistas están reservadas para el entrenamiento, así que el 'turista' debe conformarse con lo que queda. Galdhøpiggen Sommersksenter asegura que desde el 25 de junio al 15 de agosto es cuando menos clubes y entrenamientos hay, por lo que hay más espacio para el esquí comercial.
Efectivamente es el momento que la mayoría de corredores y corredoras marchan a Sudamérica o Nueva Zelanda, ya con buenas condiciones y la temporada en marcha. En Europa mientras tanto el calor está en pleno apogeo y hasta Galdhøpiggen Sommersksenter lo nota. Aún así, aguantará hasta el 5 de noviembre, momento en que las nevadas hace semanas que han empezado a caer y hacen complicado ya mantener los accesos limpios de nieve.
El forfait de 1 día cuesta algo más de 38 euros para los adultos. Estos días de momento tienen disponibles 10 de sus 25 pistas de esquí. El resto están alquiladas. Advierten que cruzar una de los trazados para entrenamientos es peligroso ya que los esquiadores bajan muy rápido.
