Después de otras iniciativas similares como Salvem Pedra (en la Cerdanya) o Rurbans (en el Pallars Sobirà), ahora las voces contrarias a la especulación urbanística, el exceso de segundas residencias o a la destrucción del paisaje se han empezado a escuchar como nunca en La Vall de Boí. Bloc per la Vall cuenta con más de 80 socios (una cifra relevante en una zona tan poco poblada) y enlos últimos meses no ha parado de trabajar para concienciar a la población de la necesidad de actuar para decidir, desde el territorio, el mejor futuro de su valle.
Bloc per la Vall presentó la noche del viernes una lista de sugerencias al Pla Territorial del Alt Pirineu i Aran, abierto a todo tipo de alegaciones antes de su aprobación definitiva. Una de las principales preocupaciones de esta asociación es el gran desequilibrio que hay entre la primera y segunda residencia.
A modo de ejemplo citan el último inventario municipal de viviendas hecho en Taüll en 1996. De las 287 contabilizadas, sólo 65 estaban ocupadas. A falta de cifras oficiales actuales, este colectivo alerta de que ese porcentaje no ha parado de crecer en estos últimos nueve años, pues la construcción de casas no se ha detenido. Ahora mismo se calcula que las segundas residencias superan ya el medio millar, mientras que las casas habitadas todo el año siguen siendo prácticamente las mismas que en 1996. "Crece el número de empadronados, pero se pierde población residente", denuncian. De los mil vecinos censados en el Ayuntamiento de La Vall de Boí sólo la mitad de esos habitantes reside permanentemente en el valle.
"El actual tejido urbano dificulta la relación social de pueblo que siempre ha existido", se recoge en un escrito de sugerencias elaborado por Bloc per la Vall. "Somos poca gente y estamos separados por montones de casas vacías que no ayudan a encontrarse, además de padecer una falta de equipamientos muy importante". Este modelo de crecimiento, denuncia este colectivo, encarece la vivienda y hace imposible que la gente del valle puede acceder a una casa a un precio razonable. Se muestran también decepcionados con un Pla Territorial del Alt Pirineu que, a su juicio, no va a ayudar a la construcción de viviendas de protección especial o asequibles.
Otra de sus preocupaciones es que con los actuales planes urbanísticos, La Vall de Boí puede "desarrollarse hasta un 180% de lo que ya lo está". Esto supone multiplicar casi por cuatro la actual superficie construida. Bloc per la Vall pide a la Generalitat elaborar un plan director propio para la Alta Ribagorça que aporte medidas para "convertir El Pont de Suert en una capital con peso, acabar con el estancamiento en el que está sumido Vilaller y que controle el exagerado crecimiento urbanístico ya aprobado por el Ayuntamiento de La Vall de Boí".
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