Mucha gente anda obsesionada con su nivel de esquí, siempre ofuscada en progresar y en los pequeños errores que comete. Esto, a veces, les hace creer que tienen un nivel inferior al real, y esta percepción negativa afecta a su rendimiento.
Si eres de los que piensa que está estancado o ve a todo el mundo desenvolverse mejor que tú haz un esfuerzo de perspectiva, reflexiona sobre lo que has progresado desde el primer día que te pusiste los esquís y date una vuelta por aquella pista donde aquel día no tan lejano te temblaban las piernas. Ve recordando cómo progresaste y párate a pensar la seguridad que sientes hoy en ese tramo de pista o en esa situación difícil en la que hace tiempo eras un absoluto novel.
Ahora mira con toda la objetividad posible cual es tu verdadero nivel y si realmente tienes posibilidades de progresar y superar hitos. Descubrirás que, probablemente, mucho más de lo que creías. Que has hecho un esfuerzo cierto del que quizás ni eres consciente, planteándote objetivos que has cumplido ¡Y encima disfrutándolo! Si has podido llegar hasta aquí puedes hacerlo hasta allí, sólo hace falta que organices bien los recursos que inviertes en ello y como pretendes hacerlo.
Y ahora ya puedes caminar por la estación con otra actitud más garbosa, juas, saborear con satisfacción el camino que has seguido hasta aquí en tu progresión, y pensar en el que te queda por disfrutar.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2012