Continuando con los capítulos anteriores, me gustaría seguir contando cómo está siendo mi aproximación al fuera pista. Realmente no me atrevo a llamar “freeride” a lo que yo hago, entiendo que el concepto “freeride” es algo mucho más amplio, más complejo, no es únicamente una bajada por una zona sin pisar y cerca de las pistas.
El “freeride” es otra cosa, de la que yo he oído hablar, de la que estoy aprendiendo, de la que leo y me informo, de la que quiero saber y sabré, pero poco a poco. Creo que en el esquí, para hacer las cosas bien, hay que hacerlas paso a paso, sin saltarse nada. Puede que el paso que te saltes lo necesites cuando estés por ahí arriba: la Naturaleza, tú y el paso que te saltaste podría resultar una mala combinación.
El “paso a paso” es una cosa que me preocupa. Creo que actualmente hay una “revolución” dentro del esquí, nos hemos vuelto un poco locos y pensamos que con tener unos esquís anchos, algo de técnica en pista, una mochila y bastante arrojo, nos podemos subir a buscar las mejores palas, las mejores nieves y los lugares menos accesibles. Y seguro que se puede, pero creo que hay que ser responsable y tomar unas mínimas precauciones.
En capítulos anteriores ya hablamos del equipamiento mínimo necesario en cuanto a lo material. Me gustaría hoy hablar un poco de cómo adquirir algo de técnica y conocimientos que nos pueden ser imprescindibles o, cuanto menos, de gran ayuda a la hora de seguir subiendo peldaños en nuestro afán por evolucionar de “turista de pista” a “turista de fuera pista”.
Para empezar, y como sabéis, hay que tener una técnica como mínimo media-alta en pista. Yo diría que alta, y desde luego cuanto más alta mejor. Es difícil establecer una escala, ya sabéis que siempre se discute mucho sobre estos temas. ¿Quién tiene un nivel alto? Dejaremos la discusión para los meses de verano, para los chiringuitos de la playa, en los que todos tenemos un nivel “top” de esquí. Otra cosa es cuando estás en la montaña y te pregunta uno que sabe “¿qué nivel tienes?” En mi opinión, es mejor ser humilde y confesarte principiante que decir “alto”, “mucho”, “todo”,… (estoy hablando de mi caso, lógicamente hay mucha gente con un nivel muy bueno).
Superado el tema del nivel en pista y el del equipo adecuado, tenemos que plantearnos qué queremos hacer. Si lo que queremos, como ha sido mi caso, es hacer un poco de “entre pistas”, con algún compañero de esquí que sepa como nosotros tenemos suficiente, y ahí hay que echar horas para ir evolucionando en la práctica con las nieves sin pisar.
Si llega un momento en el que quieres ir más allá, es mejor hacerlo con profesionales. En mi caso, con mis primeros “esquís gorditos”, que eran (todavía los tengo) de 89 mm. de patín, contraté ya los servicios de un profesor en la estación. La experiencia resultó gratificante y dura a la vez. Por un lado, el enfrentarte a nieve profunda fuera de la pista, con pendientes más importantes y con carencias técnicas te hace sufrir un poco, por otro lado la satisfacción que te produce es muy agradable. Recuerdo aquella experiencia vagamente, era muy al final de temporada y no tenía mucho sentido coger clases cuando no iba a haber una progresión, era más que nada una prueba, ¿cómo irían mis esquís nuevos (entonces) fuera pista? Y me alegro de haber contratado a un profesional, porque lo que hicimos no lo hubiera podido hacer nunca solo. No me hubiera atrevido.
En otras ocasiones había cogido clases de esquí en días de nieve recién caída. Y, por fin, en compañía de dos amigos foreros también, hicimos una “masterclass” en GrandValira. Esta clase la tomamos el invierno pasado no, el anterior. Y fue una buenísima experiencia. La clase nos la dio Pecu Rivas, un magnífico esquiador y muy buen profesor. Es el típico monitor que está enamorado del esquí, y concretamente del fuera pista. Recientemente hablábamos subiendo en un silla y me decía cómo el esquí en pista se ha convertido, para él, en una excusa para seguir mejorando después en el fuera pista. Lo he visto a veces esquiando libremente (quiero decir sin dar clase), y eso no lo hacen todos los profesores de esquí, cuando veáis a uno que lo hace fijaros en él, porque quiere decir que le gusta lo que hace, y es algo imprescindible para que un profesor sea bueno.
Con Pecu tuvimos una jornada memorable, la nieve no estaba en la mejor condición, pero él conoce el terreno y nos llevó a sitios a los que no hubiéramos ido yendo solos. Por lo menos yo en aquellos momentos no lo hubiera hecho.
Recuerdo cómo fue la primera bajada. Nos paramos en el borde de un camino de los que va entre pistas, miramos para abajo - a mí me sorprendió mucho la pendiente -, nos dijo que estaba muy bien, un poco dura la nieve y que nos observaba desde abajo. Pensé en no bajar, pero cuando movió su bastón bajé lo mejor que pude, y así hicieron mis dos compañeros (Bloom y Carolina en el foro). Bajamos, asintió con la cabeza y seguimos esquiando. Desde ese momento pensé que ya había crecido como esquiador. Nunca antes había hecho esa pala y no se me hubiera ocurrido hacerla jamás, pero la hice, y además no la hice mal. Más adelante, durante toda la jornada, Pecu nos dio puntuales explicaciones de cómo esquiar mejor ese tipo de nieves, de cómo afrontar la pendiente, charlas de material que a todos nos gustan… En fin, fue una gran experiencia. Aunque me quedo con dos bajadas de las de los típicos fuera de pista de GrandValira que tampoco hubiera hecho sin monitor, una en Grau Roig, que no sé el nombre, pero ahí está esperándome. Y, por fin, Encampadana, donde nunca antes había estado, y con Pecu fue una gozada, libre de miedo y con alegría. Desde entonces he vuelto muchas veces a Encampadana, pero aquella fue la primera. Y creo que siempre la recordaré.
Para seguir con mi progresión, en cuanto pueda me acercaré a Baqueira a practicar auténtico fuera de pista. Siempre he oído que es el mejor sitio de la Península, y creo que me irá bien. Me da un poco de miedo que me guste mucho, porque no quiero cambiar de estación. Pero probar hay que probar.
Allí me pondré en manos de Eduardo Pajares, de Freeride Baqueira. Edu me transmite tranquilidad. Para empezar, sé que es responsable, y si hablamos de seguridad, me gusta estar en buenas manos. Según lo que tenemos hablado, haremos una valoración en pista y en fuera pista asequibles de lo que yo puedo esquiar. A partir de ahí haré lo que él me diga, me fío de su criterio.
El abanico de posibilidades que me ofrece es amplio, desde proporcionarme material de seguridad (en mi caso llevaré el mío) a esquís y todo lo que me haga falta, por si quiero viajar cómodo, (también prefiero esquiar con mi material). En Frd Baqueira se adaptan a lo que el cliente pida, desde iniciarse en el fuera pista, como es mi caso, hasta excursiones fuera de los límites de la estación con guía profesional o excursiones en helicóptero. Pasando por todo lo que sea pista, desde clases de alto nivel, reciclaje de profesores de esquí y de escuelas hasta entrenamiento de competición.
De momento yo me conformo con iniciarme, según ellos valoren mi “realidad” con el fuera pista me pondré alguna meta a corto plazo para la temporada que viene.
Os dejo a continuación unas fotografías de otros profesionales de la nieve, compañeros de Edu. El fotógrafo es Juan Aizpuru, y si os interesa su obra haré un monográfico del tema. A mí me encanta.
The turn. Fotografía de Juan Aizpuru, esquiador Niki Salencon.
Sergi García en Zermatt, fotógrafo Juan Aizpuru.
En fin amigos, si os interesa, la semana que viene os cuento cómo ha seguido mi evolución en el fuera pista. Este último domingo asistí a un "camp" que organizó Liberty en GrandValira, con el "rider" Joaquín Vena como profesor. Una experiencia inolvidable para mí.
(*) Si queréis contactar con Eduardo Pajares, podéis hacerlo a través de su página Web: www.freeridebaqueira.es o también es muy fácil encontrarlos en Facebook.