Hemos hablado ya de la postura típica de Telemark en el apartado de la posición, por la cual se reconoce al Telemarkero. No es el único movimiento que realizamos pero sí el más curioso y llamativo. Esta posición es muy personal y hemos de encontrar nuestro equilibrio particular en ella.
Debes de adentrarte en el Telemark practicando esta genuflexión, es aquí donde comienza todo y es el punto de partida hacia toda una filosofía.
Busca una pendiente muy suave para que te deslices muy lentamente en la bajada. Cuando estés bajando lentamente, cae suavemente en la genuflexión, pensando en bajar desde una posición de disponibilidad cómoda hacia tu genuflexión. Para hacerlo no tienes más que ir adelantando un pie al mismo tiempo que retrasas el otro, flexionando de manera progresiva ambas piernas y haciendo que la cadera se acerque más y más al suelo.
Te encontrarás en la posición de genuflexión, en la cual debes de estar equilibrado y repartiendo tu peso en tus dos pies. Levántate después, suavemente, hasta la posición de disponibilidad y desciende otra vez a la genuflexión, con el pie contrario. Es conveniente practicar el levantarse y bajar después, sobre una pierna descendiendo por la pendiente, luego sobre la otra. Debes conseguir un deslizamiento cómodo mientras cambias hacia adelante y hacia atrás entre las posiciones de genuflexión.
Debes practicarlo hasta que lo hayas memorizado completamente.

Extraido del libro "EL Telemark" de Dani Cruz