













































Y tras esta bajada otra vez al teleférico, que nos llevaría de vuelta al coche.
Lo mejor de todo fue el cocido Lebanés que nos metimos entre pecho y espalda según llegamos a la civilización.
Y esto es todo por hoy...esperemos que ocurra un milagro, y por fin las condiciones mejoren en nuestras montañas, para poder seguir disfrutando como en tiempos no tan lejanos.
Saludos!