Con el término material “duro” hago referencia a los esquís, fijaciones, botas y bastones, no a la dureza del propio material. Mi intención con este artículo es proponer una serie de principios que se relacionan entre sí afectándose de manera directa y que condicionarán nuestra buena práctica en la nieve. Estos principios son los siguientes:

Tararé de resumir y ser lo más claro posible para echar una mano a quien decida escoger su material duro. Normalmente, cuanto mayor es nuestro nivel técnico y experiencia, las botas serán más duras y menos cómodas; los esquís podrán ser más largos y más duros, e iré progresivamente sintiéndome más cómodo en distintos tipos y cantidades de nieve.
Pienso que describiendo los dos extremos (Debutantes – Corredores) me ayudará a simplificar lo que pretendo decir y así cada uno puede colocarse donde considere. Los debutantes, deben escoger esquís cortos y blandos. Al decir blandos me refiero a que su grado de flexión y de torsión sea alto y dócil. ¿Por qué?, porque esquiarán despacio, sus fuerzas sobre los esquís serán suaves y la nieve sobre la que deberían esquiar será blanda y pisada. Sus botas deberán ser blandas, fáciles de abrochar y lo más cómodas posibles. ¿Por qué?, porque pasarán muchas horas esquiando despacio, no están acostumbrados a este calzado y deben aprender a manejarse con ellas.
Los corredores, escogen esquís muy duros (de flexión y de torsión) y son capaces de esquiar con esquís mucho más altos que ellos. ¿Por qué?, porque su trabajo es acelerar y llegar de un punto a otro lo más rápido que puedan, protagonizan y contrarrestan fuerzas elevadas, y normalmente esquían sobre nieve lo más dura posible. Sus botas deben ser muy duras y estrechas, con un botín fino y por consiguiente frío. ¿Por qué?, porque el nexo transmisor entre sus movimientos y los esquís debe de ser lo más preciso y eficaz posible.
Otro aspecto importante es que el concepto “blando” normalmente significa “barato”, y el concepto “duro” normalmente significa “caro”. Por lo que si un debutante se gasta mucho dinero en esquís y botas será porque su material corresponde a una gama alta, y no sólo habrá gastado demasiado, sino que su elección le perjudicará enormemente en su evolución, ya que un esquí blando, por ejemplo, está diseñado para girar a poca velocidad y con poca fuerza; si un debutante trata de girar con esquís de corredor, no girará jamás; de la misma manera si la bota es demasiado dura, entre otros problemas, le costará el triple adoptar una correcta flexión de tobillo para una adecuada posición a la hora de deslizar...
Si introducimos en la ecuación el tipo y la cantidad de nieve, nos podemos encontrar con muchas variables, pero siguiendo la línea anterior, hablaré de los extremos para simplificar las cosas. Si ha caído un metro de nieve nueva, y no han pisado, la nieve será profunda y blanda; esquiar en este escenario con esquís de corredor, supondrá “pelearse” con la nieve. Los esquís se deslizarán en el entorno opuesto para el que han sido creados, y sin duda, esquiaremos peor que si utilizásemos unos esquís apropiados. Por el contrario, nos encontramos en un “estadium” de entrenamiento y competición donde a un corredor se le han olvidado sus esquís y debe esquiar con los de su hermano debutante. Pues bien, nuestro corredor ni agarrará, ni deslizará ni acelerará igual, que con sus esquís duros, rígidos y afilados. Así que opino que a grandes rasgos deberíamos tener claro que:
NIEVE BLANDA – MATERIAL BLANDO
NIEVE DURA – MATERIAL DURO
Contaros a modo de ejemplo que en Niseko base, una de las estaciones más famosas de Sapporo, nieva el 80% de los días de una temporada; raro es el día que no despiertas con al menos 30 cm de nieve. ¿Cuáles son las consecuencias de esto en el tema que nos ocupa?; 9 de cada 10 esquís que se venden son blandos, extra anchos de patín y un rocker espectacular; uno de cada diez, es "race". ¿Que ocurre en España?, pues más o menos lo contrario...
Como mención a las fijaciones, desde hace ya bastantes años las marcas nos venden los esquís ya con el pack esquí-fijación. Esto pienso que nos ha simplificado mucho las cosas ya que los esquís diseñados para principiantes llevan consigo fijaciones para principiantes. Lo que no debemos olvidar nunca es su ajuste. El sistema DIN (“groso modo” relaciona el peso y nuestro nivel de esquí ), y la pretensión (tensión hacia delante que ejerce la talonera contra la bota y a su vez esta contra la puntera, manteniendo “conectada” nuestra fijación), representan los aspectos a mi juicio más importantes a tener en cuenta. En caso de duda, por favor, consultemos a los especialistas.
De los bastones, personalmente muy poco que decir; considero que su mayor o menor calidad, diseño y construcción no condicionan lo suficiente para complicarse la vida. Lo único a destacar es la medida, ya que no es raro ver esquiadores ya de nivel medio-alto con vicios adquiridos causados por unos bastones demasiado cortos o demasiado largos. La ley de los 90º, es un clásico que funciona, pero ¡Ojo!, contar siempre con la altura del esquí y en ocasiones la placa si os lo probáis en tienda.
KonaYuKi
Fer