Un estudio conjunto de las universidades de Carintia, en Austria, y la de Munich, en Alemania, sostiene que las pistas intermedias de baches aumentan la seguridad en las estaciones de esquí. Han leído bien: aumentan la seguridad; justo lo contrario de lo que siguen creyendo innumerables enemigos de las bañeras y amantes de las pistas impecablemente pisadas y, de paso, terriblemente aburridas para gran parte de los practicantes.
Sin entrar a destriparlo (les dejo el enlace para que le echen un vistazo), el estudio viene a decir algo que ya intuían innumerables estacionesdel mundo empeñadas en mantener zonas con baches permanentes: que éstos no sólo son un atractivo para los practicantes de todos los niveles (no sólo los expertos) sino que contribuyen a la seguridad por dos razones obvias.
En primer lugar por sus cualidades educativas y por los recursos y habilidades que confieren a los aficionados que los practican asiduamente y, segundo, porque en las pistas de baches, los practicantes esquían a velocidades relativas mucho más bajas que en las pistas fáciles pisadas. No olvidemos que es justo ahí, en las pistas intermedias azules y rojas, donde se han producido en los últimos quince años los mayores incrementos en accidentes de mayor gravedad, y esto ha sido debido a que los esquís modernos, junto con las pistas anchas y bien pisadas, producen una sensación subjetiva de falsa seguridad, e invitan a esquiar por encima del nivel técnico y físico de los practicantes.
Secuencia de "Esquí, rendimiento y emoción" (Desnivel 2009); Carlos Guerrero Castillo©2008. Foto András Vegh. Demostrador Hannes Zöchling
Ello debería hacer reflexionar a los responsables de las estaciones de esquí ya que, no sólo van a encontrar un atractivo producto que añadir a su catálogo de reclamos para los clientes, sino que, además, es más que probable que vean aumentada la seguridad, con todo lo que ello implica, tanto humanamente, que es lo principal, como también material y económicamente. En resumen, principiantes, intermedios y expertos verán enriquecidas sus posibilidades para progresar más rápidamente, encontrarán más desafíos que la simple velocidad incontrolada (o los fuera de pista alejados y poco accesibles, lo que habría que añadir a la lista de peligros potenciales) y tendrán, pues una mayor motivación para elegir una estación en concreto.
Además, aunque parezca una tontería, una pista natural de baches no necesita apenas mantenimiento ni costosos gastos de combustible para máquinas que, ni pasan por ella, ni contaminan el ambiente; por ello, dejar zonas controladas sin pisar para que se produzcan bañeras de manera natural, no deja de ser una pequeña aportación - aunque sea minúscula - al respeto del entorno.
Foto cortesía de "Esquí, rendimiento y emoción" (Desnivel 2009); Carlos Guerrero Castillo©2008. Demostrador Johannes Putz
En fin, aquí les dejo la reflexión que, sin necesidad de sesudos estudios científicos, resulta sencilla de llevar a cabo haciendo una pequeño observación de benchmarking sobre bastantes estaciones extranjeras, que llevan años ofreciendo maravillosas zonas de baches sin haberse dejado cegar por el espejismo de las impecables alfombras impolutamente pisadas, engañosamente segurasy perfectamente aburridas y faltas de gracia. Los baches son atractivos, ofrecen a la larga seguridad, y son, por supuesto, una de las más perfectas expresiones de la diversión y el desafío: una de las razones fundamentales, no lo olvidemos, por las que subimos a esquiar a la montaña.
Carolo © 2009
Dedicado a los compañeros de la Visera de Sierra Nevada y, en especial, al incansable forero "El Coyote", que viene defendido contra la corriente, desde hace años, las bondades del esquí de baches.
Referencias:
Emotional experiences and FLOW in easy bump pistes. T. Brandauer (Sportpsycological centre of Carinthia) T. Felder and V. Senner (Technical University, sport equipment and materials, Munich)
J. Binner (2003) Fast skiing versus bump skiing, a safe and healthy alternative. International Congress on Ski Trauma and Skiing Safety (S 2-7) St. Moritz.