La reapertura de algunas playas en Australia y el permiso para que 400.000 personas se reincorporen a su puesto de trabajo en Nueva Zelanda son pasos que desde esta semana han tomado los dos países después de lograr reducir notablemente el número de contagios.
Pese a que en Nueva Zelanda se han llenado ya restaurantes y los niños vuelven al colegio el día 11 de mayo, la primera ministra Jacinda Ardern ha querido advertir que pese a las nuevas medidas, "en ningún momento" se ha puesto punto final a la lucha contra el coronavirus y por esos pidió a sus ciudadanos no bajar la guardia. "Tenemos que seguir combatiendo al COVID-19 hasta que haya una vacuna".
A pesar de las diferencias, Australia, con más de 24 millones de habitantes, también ha logrado aplanar la curva casi al mismo tiempo y actualmente registra 6.727 infectados, incluidos 85 decesos. Las dos naciones de Oceanía están barajando reanudar los vuelos entre ambos países. Esto es vital para Nueva Zelanda, quien depende enormemente del turismo de su vecino al otro lado del mar de Tasmania.
En este contexto el sector del esquí de Nueva Zelanda está pidiendo qué medidas se tendrán que tomar para acceder a sus instalaciones teniendo en cuenta que el esquí es una actividad más preparada teóricamente para evitar el contagio, ya que los usuarios ya van protegidos con guantes y en muchos casos mascarilla. Los complejos invernales del país dependen de los australianos, que son los que compran el 55% de los forfaits cada temporada.
Algunas empresas como NZSki han empezado ya a preparar sus pistas de esquí de cara a la nueva temporada. En Australia también, donde incluso Threbdo inaugurará un nuevo telesilla este año. Y lo tienen que hacer rápido, porque parece que allí a la meteorología también le encanta el coronavirus.
Si en Europa hemos visto intensas nevadas en el mes de marzo e incluso largas precipitaciones de lluvia en el mes de abril, cuando todos los ciudadanos estaban confinados en sus casas, en Australia el COVID también les está trayendo agua a mantas y hasta mucha nieve en las montañas.
Mientras en la parte norte del planeta entrábamos en la primavera el pasado 21 de marzo, nuestros vecinos del sur comenzaban su otoño. Y es ahora cuando apenas ha pasado un mes, cuando ven sus primeras nevadas abundantes. Aquí ya puede ser habitual que un 29 de octubre veamos mucha nieve, e incluso algún año pudimos comenzarla temporada de esquí en los Pirineos, pero en Australia no es tan normal que un 29 de abril se de esta actividad meteorológica, aunque ya ha pasado en otras ocasiones.
Melbourne ha tenido su abril más lluvioso desde 1960 y su comienzo de año con más lluvias desde 1924. Además unas temperaturas extremadamente bajas trajeron nieve a las estaciones de esquí, donde se ha registrado hasta medio metro de espesor y temperaturas que han bajado hasta los -2ºC con cotas de nieve tan bajas como los 900 metros.
Se espera que la ola de frío se mantenga durante las próximas horas.