Francia presenta un estudio sobre quien contamina en una estación
Sin embargo, el transporte de las personas hasta las pistas genera el 44% de esas emisiones de carbono, y el uso energético de los edificios representan el 27% de emisión (11% de hogares y el 16% de hoteles, alojamientos turísticos y restaurantes).
Es por tanto el desplazamiento el 'enemigo a batir' por las estaciones, según afirmó la ANSM, que también reveló que muchas estaciones ya se han puesto manos a la obra con políticas diversas como la venta de paquetes turísticos en el que se incluye el transporte o el fomento del coche compartido mediante descuentos en el forfait a los vehículos que lleguen llenos al aparcamiento. Una de las modalidades que más está sorprendiendo en las dos últimas temporadas, es la de esquiadores que llegan en... bicicleta!. Se trata en el 100% de los casos, de amantes del esquí de montaña, que cargan sus esquís a la espalda, y suben hasta la estación a dos ruedas. En definitiva, un centenar de estaciones ya han puesto en práctica alguna iniciativa para reducir las emisiones nocivas del transporte.
Este primera balance parte de la carta que en 2007 firmaron varias estaciones de esquí de Francia bajo el nombre de Carta Nacional para el Desarrollo Sostenible. 52 empresas que representan a mas de la mitas de las estaciones de Francia, han firmado este compromiso. Con este gesto, se demuestra la intención de mostrar su compromiso con las cuestiones ambientales: cambio climático, desarrollo sostenible y planificación y responsabilidad ecológica.
Las iniciativas más notables
Entre las iniciativas más destacadas en cuestiones ambientales, está la de Chamrousse, que inaugurará este fin de semana un telecabina en sustitución al viejo teleférico de Croix de Chamrousse, construido en 1957. Se han eliminado 20 pilonas, 8 kilómetros de cables y cuatro estaciones intermedias. La cima es un lugar desfigurado por antenas, repetidores y una estación meteorológica, que se quiere ir adecentando. De momento el nuevo remonte se integra mejor en el paisaje.
La Plagne ha puesto en marcha este mes una caldera de biomasa con una capacidad para 9.800 kilovatios, que suministra electricidad a 47 edificios (viviendas, hoteles, locales, etc...). La operación ha tenido un coste de 4 millones de euros por la complejidad de montar un sistema así en una zona tan alta, pero evitará la emisión de 4.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Finalmente Saint-Lary, en el Pirineo francés, también ha sido destacada por la construcción de su nuevo telecabina, que desde el pueblo, lleva a los esquiadores hasta el mismo corazón de las pistas. La estación está aposentada en su 90% sobre territorio protegido. Eso hace que la eliminación de emisión de carbono sea prioritario. Ya ha puesto en marcha buses eléctricos en el pueblo, y desde este año se han eliminado los 20 autobuses lanzadera que cada día hacían el recorrido desde la población a las pistas por una carretera de 11 kilómetros. El coste ha sido de 14 millones de euros, pero se ha logrado también que cientos de coches particulares no suban a la montaña.