Primer día:
Vuelo al mediodía de Madrid a Munich con Lufthansa. La tarifa Economy Class incluye el equipo de esquí (bolsa y botas) aparte de la maleta de hasta 23 kg en bodega y el equipaje de cabina. Alquilamos el coche con OkMobility, compañía completamente desconocida para nosotros, pero con la que no hubo ningún problema. Como anécdota decir que nos dieron un coche híbrido de la marca china Link and Co.
Nevó ligeramente todo el camino hasta St. Johann in Tirol, donde nos alojamos en el Sporthotel Austria. Intentamos alojarnos en Kitzbuhel pero los precios se nos iban por mucho del presupuesto. Muertos de hambre nos metimos a cenar en el primer sitio que encontramos, después dimos una vuelta por el mercadillo y para el hotel. St. Johann in Tirol, aunque pequeño, nos pareció bonito, con un mínimo de tiendas y restaurantes y muy bien situado para poder esquiar en diferentes estaciones de la zona haciendo desplazamientos cortos en coche o incluso en autobús.
Segundo día:
¡Biatlón! Allá que nos fuimos todavía nevando con intensidad. Como queríamos a la tarde irnos directos a Kitzbühel sin perder tiempo fuimos en coche, pero podríamos haber cogido el autobús gratuito o el tren. Hasta arriba de gente, más bien madurita aunque algún joven también vimos, menos mal! Mucho ambiente y mucho frío, así que a darle desde primera hora al vino caliente. Vimos la persecución femenina, con victoria de la francesa Julia Simon y los relevos masculinos con Johannes Thingnes Boe liderando la victoria de Noruega. Nos lo pasamos pipa animando y cantando los aciertos en el campo de tiro. La verdad es que, si algún otro friki de este deporte tiene la oportunidad de ir, le animo a que lo haga porque merece la pena.
Al acabar nos fuimos directos a Kitzbühel. Estaba hasta arriba de turistas, pero no por ello el ambiente dejaba de ser fantástico: las calles del centro, la iluminación, los mercadillos y la nieve cayendo le daban una imagen de postal. Más vino caliente y cena en la calle.
Tercer día: Kitzbuhel y viaje a Solden.
Como ya se sabía el día se presentaba muy cerrado. Valoramos irnos directamente a primera hora hasta Soelden , nuestro siguiente destino y donde la previsión decía que despejaría hacia el mediodía, pero estábamos a 10 min de Kitzbuhel y queríamos sí o sí conocer la estación, aunque fuese con mal día y con más de la mitad del dominio cerrado. Entramos a través del telecabina Fleckalmbahn, ya en Kirchberg. Junto a él hay un aparcamiento cubierto y gratuito. Al final, como ocurre casi siempre en estos casos, fuimos poco a poco sacando el día adelante hasta acabar tan cansados como contentos. Pocas conclusiones pudimos sacar salvo que el tema de los remontes es de locos, menudo lujo. La estación es preciosa y no cabe duda que a pleno rendimiento tiene que ser un pepino. Ya volveremos! A las 15:30, con la luz comenzando a escasear dimos por finalizada la jornada. Nos subimos al coche y 2 horas más tarde estábamos en Solden! Qué maravilla el esquí safari. Nos alojamos en el Gästehaus Lorenzi, muy básico pero a 50 metros del telecabina Giggijochbahn. Curiosamente no admiten el pago con tarjeta, sólo con efectivo, menos mal que solo nos quedamos dos noches. Decir que el “pueblo” de Solden no tiene ni de lejos el encanto de otros lugares. Eso sí, el que busque garitos de fiesta no se va a aburrir.
Cuarto día: Solden 1/2
Sol, nada de viento y - 14 ºC… directos a los glaciares! La pista de la Copa del Mundo del glaciar Rettenbach estaba completamente en sombra así que la dejamos para más tarde (en realidad siguió a la sombra todo el día) y nos fuimos a las soleadas y facilonas pistas del glaciar Tiefenbach. Hicimos varias veces las pistas 36, 38 y 39, impresionados por las dimensiones del glaciar y por la calidad de la nieve, deliciosa! El telecabina se nos hizo un poco lento por lo que cogimos sobre todo el arrastre de la izquierda. Yo volviendo hicimos la famosísima pista de la Copa del Mundo. Es tan ancha y estaba la nieve tan bien pisada que nos resultó hasta fácil. Para ahorrarnos remontes volvimos por la pista 30, básicamente un camino que permite al final tirar bien hacia la zona de Giggijoch o bien hacia la de Gaislachkogel.
Quinto día: Solden 2/2 e Innsbruck
Antes de poner rumbo a la zona de Gaislachkogel nos hicimos dos veces la pista 21, una pasada. Larguísima y variada te obliga a pararte más de una vez, al menos a nosotros. Si encima la bajas enlazando primero las pistas 13, 14 o 15 consigues un desnivel de 1300-1400 m.
El valle desde la zona de Gaislachkogel. Arriba a la izquierda, el área de Giggijoch.
Algo que nos gustó mucho de la estación, por no hablar de su altitud y la garantía de nieve, es que fuera de los glaciares y mucho más a mano, también hay auténticos pistones. Además, está la posibilidad de a lo largo de una semana esquiar también en otras estaciones próximas del valle del Ötztal como Obergurgl-Hochgurgl o Hochoetz.
Finalizada la jornada, cómo no bajando (reventados ya) por la pista 21, pusimos rumbo a Innsbruck, los mercadillos nos esperaban.
Sexto día (y último): Mayrhofen
A punto estuvo la pereza de vencernos y dejarnos de turisteo por Innsbruck. Por suerte conseguimos espabilarnos y tras 1 h de coche estábamos en el aparcamiento del Horbergbahn de esta estación del valle del Zillertal. La elegimos por su cercanía al aeropuerto de Munich (poco más de 2 horas, con lo que teniendo el vuelo de vuelta a las 20:30 podríamos esquiar toda la jornada) y porque estaban casi todas las pistas abiertas.
El acierto fue total y quizás fue la mejor jornada de esquí. Lució el sol todo el día, estábamos casi solos, buena nieve…
Y así cerramos nuestra escapada a Austria, tan solo nos quedaba el trayecto al aeropuerto de Munich bajo una borrasca y un diluvio engelante que obligaron a cancelar más de 100 vuelos ese día. Por suerte nuestro avión pudo salir previo proceso de deshielo del avión.
Qué decir de Austria y de los Alpes en general, aquello es otra liga. En cuanto se pueda, allá que volveremos. 🙋♂️