Este año, el puente de mayo ha sido largo para los que vivimos en Madrid, así que ha habido ocasión de salir varios días cambiando el recorrido. Y nuestra primera salida, guiados como siempre por nuestro amigo Joanjo y acompañados por su hija Ruth, ha consistido en darnos una vuelta por las faldas de Maladetas. Como arrancamos desde el vado del Hospital (1724 m)–al estar todavía cerrada al tráfico rodado la pista que lleva a la Besurta- la aproximación fue algo larga, por lo que no llegamos hasta arriba del todo. Ganamos –eso sí- altura suficiente como para disfrutar de una larga bajada con vistas al ibón de Paderna.
Al principio, el camino sigue lo que en invierno es la pista de esquí de fondo de la estación de Llanos del Hospital. A nuestra espalda, el Mall Pintrat nos ve iniciar la ascensión:
Enseguida, hay que adentrarse en el llamado camino de invierno, que abandona la pista más o menos a la altura del Plland’Están.
Todavía habrá algún sitio en el que hay que quitarse los esquís para franquear algún barranco o algún paso con poca nieve.
El camino pica para arriba hasta llegar al refugio de la Renclusa, a 2140 m
Al ver el pico de la Renclusa ya sabes que el refugio anda cerca:
Y no es mala idea parar un rato en el refugio y tomar allí una bebida que permita juntar fuerzas para proseguir la subida. Carme, llegando al refugio:
El panorama que se contempla desde el refugio es maravilloso. Se ven líneas de bajadas sin huellas por muchos sitios y se ven también, claro está, muchas huellas que han ido dejando los traveseros en los días anteriores.
Prosigue la subida, con las consabidas vueltas María, bajo la atenta mirada de Joanjo, y con sus sabios consejos.
A la derecha, las tucas de Paderna, y a los pies de las tucas el ibón de Paderna (oculto por la nieve), que vamos a dejar abajo subiendo por su izquierda:
Antes de llegar arriba nos damos media vuelta y empieza lo bueno. Ruth, disfrutando:
¡Qué maravilla ver como baja! Desde luego, Ruth juega en otra liga.
Carme, presentando al cobro la factura de la subida:
Y el padre de Ruth, Joanjo. De tal astilla tal palo:
Yo también salgo en alguna foto, pero mejor que sea to pequeñito para no desmerecer mucho:
La bajada desde la Renclusa encadena alguna pala muy divertida con largas diagonales para evitar demasiado porteo en el camino de vuelta:
Aunque la pateada de vuelta también se paladea, con el regusto de la bajada recién hecha y los primeros comentarios que, entre risas y bromas, alargan lo suyo una magnífica jornada de esquí.