Somiedo enamora
No fue una decisión fácil, había que elegir entre una jornada de nieve polvo perfecta y día de sol radiante dedicado a bajar todas las palas de una estación de esqui o bien dedicar la mayor parte del dia a subir y subir foqueando el 95% del tiempo para apenas esquiar está nieve perfecta durante el 5% de la jornada. Un día después y con las imágenes del día marcadas para siempre en el recuerdo, he de decir que, sin duda, fue una decisión acertada.
Nos fuimos a Somiedo. Este Parque Natural es una pasada en verano, pero es realmente impresionante como se pone en invierno. Y como hay que aprovechar estos días de nieve de calidad y cantidad en cotas bajas, nos pusimos a ello con nieve a rebosar por doquier.
Partimos con buena nieve ya a 1200 metros de altitud y disfrutamos de esa misma calidad hasta los 2000 metros, tanto en la subida como en la bajada y durante todo el día. Y sobre todo disfrutamos de sensación de soledad, de todo un paraíso reservado para nosotros solos y de un día perfecto entre teitos y rebecos, con unas vistas y lugares increíbles donde quiera que mirases.
Disfrutamos pero también sufrimos las subidas a partes iguales, y las bajadas apenas dieron para campensarlo, pero fue finalmente el paisaje en este Parque Natural el que equilibró la balanza para enamorarnos y dejarnos muchas ganas de repetir.