Como esquiador me gusta mucho ver cómo cambian los valles de la temporada de invierno a la de verano, y como las estaciones de esquí procuran que aún en la temporada de verano las actividades sigan vivas, aunque la ocupación baje muchísimo comparado con un buen fin de semana de enero o febrero.
Pero qué les pasa a los valles que no tienen estaciones de esquí?, pues que mantienen su encanto tanto en invierno como en verano, y en verano si cabe aún mas.
El primer dia nos fuimos a lo fácil, visitar el Ibon de Plan, también (mal llamado en mi opinión) “balsa de la mora” por una historia de fuego de campamento…
Digo lo fácil porque con niños se llega en andando en 30-45 minutos por un bonito sendero marcado y con muy poco desnivel. Pero “no es tan fácil” ya que antes hay que subir 14 km en coche desde Saravillo, 11 de los cuales discurren por una pista forestal sin baches, muy cuidada, pero completamente pedregosa por lo que hay que ir bastante despacio, es ancha pero el barranco lateral en algunos puntos es de cuidado.
El Ayuntamiento cobra una pequeña, pero creo que justa, tasa para pasar con el coche. Por curiosidad puse en marcha el registro del móvil para la ruta en coche (y porque ya pensé en el reportaje) 14.6 km 30 minutos 1000 metros de desnivel

Una vez arriba hay una explanada donde dejar el coche y detrás de un refugio sale la ruta, ida y vuelta unos 5 km, quizá menos porque al final paseamos alrededor del ibón. Al fondo ya se ve que la cosa promete.

La senda es cómoda, algún tramo en bajada ligera incluso, se atraviesan un par de arroyos y algún claro.

Todo el camino es francamente bonito y se pueden ir haciendo fotos casi a cada paso.

Según nos vamos acercando la cosa se va poniendo mejor, este tipo de excursiones en las que sabes que al final se abrirá un claro y lo gozarás molan.


Y el Ibón, sencillamente, UN ESPECTÁCULO

Eso sí, había un grupo de adolescentes con menos cerebro que un avestruz por la zona, una pena que poco saben algunos de respeto por la naturaleza.
Día 2. Valle de Pineta, Cascadas del Cinca y de La Larri.
Esta excursión ya fueron números que a los niños se les pueden hacer cuesta arriba. Yo afortunadamente cuento con dos pequeñas montañeras de pro, de tanto escuchar a su padre historias y la pasión por la montaña algo algo se les pega... A la pequeña le costó un poco mas por ciertas condiciones congénitas que lleva consigo pero es luchadora y con un poco de ayuda aguanta.
En total hicimos 9 km y 650 metros de desnivel a pie.
El inicio de la excursión al fondo del valle muy cerca del Parador de Bielsa, comienza por un pasillo frondoso de hayas.

Este ha sido, como bien sabeis, un año de mucha lluvia y mucha nieve, los paisanos del lugar no recuerdan un año en que hubiera tantos saltos de agua en el valle y en el que las cascadas fueran tan cargadas. Estás se ven a la izquierda según vamos subiendo.


La subida es muy cómoda hasta una primera cascada del Cinca que se pasa por encima a través de un puente.


Un poco más adelante sale a mano derecha un sendero empinado inicialmente y entre árboles que se dirige a la cascada mas grande, dice en el cartel 30 minutos (ojo, a ritmo montañero y sin calor y sin niños, porque creo que tardamos mas de 1 hora)
Después del tramo empinado se va abriendo la vegetación hasta casi desaparecer y mirando hacia atrás se puede contemplar la majestuosidad del valle de origen glaciar (fondo plano/forma en U=origen glaciar)

La primera vista de la cascada grande, aún desde lejos es sensacional, mola verla desde lejos y escucharla.

Cuando ya nos acercamos todo lo posible, sin subir mas, comprobamos que aun conserva nieve en el fondo, y que el aire, la nieve y el agua de arriba, bajan la temperatura en la boca por lo menos 10 grados, hacia hasta frio.


Media vuelta y parada a comer. Cuando aun nos quedaba, y no lo sabíamos, lo más impresionante de la ruta.
La misma pista que subía casi sin pendiente y de la que nos desviamos hacia la cascada del Cinca sigue subiendo tranquilamente hasta los Llanos de La Larri. Pero de camino te cruzas con las cascadas de La Larri, impresionante como estaban de agua, solo cruzar por encima nos calamos, allí pasamos un buen rato haciendo fotos y videos a cámara lenta.
La verdad es que en las fotos no se aprecia del todo bien lo impresionante.


Podéis ver un breve video del agua en mi perfil de instragram @lu_k_
Y día 3. Cruzamos a Francia. Para pasear por el entorno del Lago Cap de Long y comer en Saint Lary.
Al cruzar el túnel de la frontera nos encontramos con otro tipo de valle completamente distinto, de origen fluvial, ya lo apreciais en la foto, forma de V…

No sé si se verá en la foto, pero había una familia de marmotas bien gorditas jugueteando al fondo del valle.

Para llegar hasta el lago hay otra larga carretera que bien podría ser final de etapa del tour si no fuera porque arriba no veo yo sitio para montar la meta…

Estamos bastante altos, algo mas de 2000, mucha nieve y muy a mano.

Por debajo del Cap de Long, el Lac de Oredon y su agua azul cristalina.


Hacía muchísimo calor, y como queríamos bajar hasta Saint Lary no pudimos patear nada, pero la zona tenía alguna ruta marcada con muy buena pinta.
De Saint Lary poco os puedo contar, un calor sofocante en el pueblo, comimos en una terraza a la sombra con estas preciosas vistas. El pueblo estaba vacio, nada de ambiente supongo que por la hora, por la temperatura, y porque jugaba Francia esa tarde. Además estaba todo levantado para obras de asfaltado, que ya sabeis que por donde pasa el tour la carretera se renueva.

Y nada más, espero que os haya gustado y que os animéis de vez en cuando a visitar valles sin estaciones de esqui como el de Pineta o el de Chistau con muchísimo encanto.
Una última foto, yo, cada vez que veía un nevero, me lo surfeaba, a falta de tablas, con las botas de montaña…LA CABRA TIRA AL MONTE.
lu_k
