Etapa 6 y 7: Piau y Peyragudes
Salva y folldebardisses se van a hacer travesuras por el monte nevado, y, al parecer, disfrutan como mandriles, porque no les queda tiempo para hacer ninguna foto. Pero sus caras expresan la satisfacción del día.
Este es todo el testimonio gráfico que me traen de vuelta. A falta de otra cosa, pues lo pongo. La foto es linda, no cabe duda.
Es en este punto de su existencia que Salva decide dar un giro a su imagen personal, y en desinteresado esfuerzo por su parte, los señores de folldebardisses se imponen la tarea de hacerle un arreglo de pelos. Armados de mi recorta-barbas y unas tijeras, y arriesgando en el empeño el horario de su regreso a casa, consiguen dar un giro inesperado al aspecto de nuestro querido amigo y compañero de fatigas.
Despedimos a los acompañantes de estos tres días, con lagrimas en los ojos, mayormente de risa, y nos recogemos para estar descansados para la nueva jornada.
Y amanece, que no es poco. Otro día de sol, calor y deshielo. Caen las avalnchas en el monte de enfrente mientras me reincorporo al día a día, de esquiar y esquiar frenéticamente.
Tenemos de nuevo compañía, Pablo LB y pierrenodoyuna andan de tour por la zona, parando en Bielsa, y convergemos en la silla Pic de Piau para compartir la jornada en la nieve.
Vamos descubriendo la estación juntos, guiados por Salva, que ya estuvo ayer esquiando, hasta la llegada de un auténtico experto en la zona, Pajaroloco, que se nos une y guía, junto con pirimano, otro forero con el que viene.
Es el día del “Derby des Pyrenees” asi que la estación se encuentra bastante llena de gentes, hay algunas colas en el remonte principal, pero la verdad es que funciona muy bien y no hay grandes esperas. El susodicho derby consiste en bajar desde lo mas alto hasta la base por donde se quiera y como se quiera, saliendo de seis en seis, y variaditos. Hay profusión de snow-scoot, monoesquis, naturalmente tablas y esquises, y hasta trineos, incluyendo esos tipo “sarten”. Gente disfrazada, y otros en plan pro, buscando tiempos. Incluidos muchos españoles, supongo que habituales de la estación. Pero practicamente no hay nada cerrado, solo lo justo y durante el tiempo de la prueba, algo menos de dos horas. Disfrutamos viendolo.
Y aprovechamos elmomento para hacer una parada de repostaje y rehidratación, que todos los que saben dicen que es imprescindible. Para mi, que es que les gusta la cerveza mas que un monte recién nevado.
La jornada discurre buscando en cada hora del día la mejor orientación para aprovechar el máximo.
Es algo que esta estación ofrece, variadas posibilidades que hacen poder disfrutar de la nieve en le punto que a cada unos le gusta mas. Pero hay un punto en el que no hay nada que hacer, y es el regreso.
Cada vez se pone mas incómodo, asi que servidora se va volviendo a casita por delante para preparar el momento “apreski” como los invitados se merecen.
Está claro que pajaroloco es de la escuela sidrera de Trock. Un desastre, oiga.
Además, nos han hecho un gran servicio Pablo y pierre al traernos repuesto de propano, ya que la bombona francesa no es válida en las instalaciones españolas. ¿Europa?
El día siguiente volvemos a esquiar con Pablo LB y pierrenodoyuna, a los que se suma parte de la jornada otro conocido forero, moshkis, telemarkero de pro, que asombra a propios y extraños con su elegante forma de esquiar.
Es un día de mas calor, la nieve se pone enseguida incómoda en las parte bajas, además de ser muy transitadas por ser fin de semana, y lo que es una de las grandes virtudes de la estación, que es su rapido y eficiente remonte principal, que permite acceder prácticamente a todos los rincones del dominio, se convierte en inconveniente al ser necesario llegar hasta abajo para ascender de nuevo.
Así que otra vez pliego antes que los demás, siempre respetando mis límites cara a poder seguir en este negocio unos años mas. Pero voy mejorando, que se sepa.
Hacemos un ratito de merendola en panda y recogemos para llegar al camping de St. Lary antes de que nos cierren la puerta.
Sintiéndolo mucho, hemos de hacerlo antes de que moshkis llegue, que apura hasta el último momento, como los buenos, así que le dejamos abandonado, y sintiendonos en deuda con el, cosa que espero poder remediar lo antes posible.
Y, como he mencionado, decidimos hacer noche en St. Lary, camping municipal en el centro del pueblo, cómodo y barato y con magníficas instalaciones sanitarias, que van haciendose necesarias tras cinco días disponiendo solo de nuestros medios. Que funcionan al 50%, y no esta el tiempo para duchas frías. El único inconveniente es que la recepción cierra a las seis, y hay que llegar antes. Luego, paseo por el pueblo, unas cervecitas de celebración de mi santo (por cierto, felicidades, amado lider) y a dormir para emprender una nueva etapa por la mañana.
La estación es, quizá la que mas nos ha gustado hasta ahora, en cuanto a esquí, tanto al esquiador frenético como al turista, ya que, aun siendo bastante cerrada, reúne gran variedad de pistas, zonas para todos los gustos y una inmensa cantidad de posibilidades entre ellas, en los alrededores y zonas aledañas al dominio. Incluso dicen que una vez se abrió esa pista que baja hasta los 1400 metros. Llama la atención que una estación como esta, con una cierta entidad y una superficie esquiable muy respetable, no tenga ni un cañón. Por lo menos no se ve ni uno. O tienen muy claro que no hay problemas de innivación, o tienen un gran compromiso medioambiental basado, supongo en la experiencia del lugar. El caso es que la nieve, pese al invierno y primavera atípicos que estamos sufriendo, ha sido la mejor que hemos encontrado a lo largo del día, con todas las transformaciones lógicas para la época del año en que nos encontramos.
Además, y esto es una opinión muy personal, me parece un ejemplo en cuanto a arquitectura e integración con el entorno que demuestra que no es necesario construir enormes moles de apartamentos para poder disfrutar de las posibilidades de la montaña. Su imagen, desde luego es reconocible siempre por lo diferente.
La comparación viniendo de La Mongie, con su edificio Montana, es inevitable.
Amanecemos en St. Lary, con otro día que asoma luciendo sol como los anteriores. Sin embargo, según nos ponemos en marcha hacia Peyragudes, una nube se cierne sobre nuestras cabezas. Literalmente. Hacia el sur, cielos despejados y al norte un techo negro que nos hace albergar esperanzas de que se inicie el cambio de tiempo.
Pero no, según vamos ascendiendo el puerto de Peyresourde, la nube primero nos abraza y finalmente queda a nuestros pies.
La estación se presenta en todo su esplendor, aunque un tanto escasa de nieve pero tampoco esperamos ya otra cosa. Aparcar y vestirnos de esquiador es algo que Salva soluciona en cinco minutos, y luego tiene que esperar al hombre que esquía despacito, y también se viste despacito. Finalmente, canjeamos nuestras invitaciones y nos lanzamos al monte, previo desayuno de chocolate y cruasán recientito.
Albondigulla y pelao dandole al cruasán.
Segun ascendemos en la primera silla, se confirman las impresiones, algunas pistas cerradas, sobre todo zonas bajas y pendientes pronunciadas, pero una impresión general buena.
Arriba del todo, bien.
Magníficas vistas del valle de Louron, con la estación de Val Louron en primer término, y al fondo St. Lary, por donde andaban en ese momento Pablo LB y pierrenodoyuna. Allí al fondo están.
Nuestros pasos nos llevan al sector mas lejano y con mayor insolación, Serre Doumenge. Disfrutamos sus bajadas, que vemos que serán las primeras en perecer ante el calor. La bajada de Vallée Blanche cerrada, no hay nieve en la zona baja.
Continuamos la exploración bajando hasta la urbanización de Les Agudes, la otra zona de la estación. De nuevo las partes inferiores se encuentran en pleno deshielo.
He encontrado una definición de una forera que me ha encantado por lo descriptivo: nieve sorbete. Gracias Marlies.
Vemos resultados de una avalancha “pequeñita”, no sabemos si provocada o natural, pero en cualquier caso los resultados dan cierto miedito. Vease el tamaño de alguna bola de nieve. Como para jugar con ella.
Nos centramos ya en todas las zonas de Peyresourde.
Y esquiamos en casi todo lo abierto hasta una hora razonable, es decir, aquella en que lo que tienes debajo apenas es nieve, ni sorbete ni nada de nada.
Hacemos un ratito apreski caravanero.
Finalmente decidimos movernos a la zona de Balestas, (dos km., la zona principal de urbanización) donde hay una zona de autocaravanas, con sus gentes fijas en camiones frigoríficos transformados (en cualquier ITV española quisiera yo verlos) y a la vera del altipuerto, al parecer, según anuncian ellos mismos, el único del Pirineo, y en el que hemos estado viendo despegar y aterrizar lo que supongo paseos turísticos. Salva no se ha dejado convencer para intentarlo.
La cabecera de la pista del altipuerto, LFIP, se despega cuesta abajo y aterriza cuesta arriba. Es que después de lo que se ve, todo ello es una cuesta. Aquí el viento es lo de menos.
La noche transcurre plácidamente en esta zona, acondicionada mas o menos, con “toilettes” en buen estado y limpias. Luz y agua son de pago en un poste suministrador, y funcionan a base de “geton” que hay que adquirir en la oficina de turismo, naturalmente cerrada, así que ni queriendo. De todos modos, caro comparado con otros sitios, 4€ una hora de electricidad. Casi como la luz doméstica en España.
Por la mañana la nube ha vuelto. La volvemos a ver bajo las ruedas de casa mientras volvemos al aparcamiento a pie de remonte.
Pensamos que la cosa es como ayer, pero hete aquí que hoy ha aprendido a trepar, y va subiendo por el monte como quien no quiere la cosa, de modo que tras cada bajada, la cosa se va poniendo mas negra, la nube mas alta y el día mas peor.
Finalmente consigue hacerse con toda la estación, envolviéndola en una neblina en todas las cotas.
Hemos ido huyendo y cambiando de zona en zona, pero hacia la una de la tarde ella gana, nosotros nos rendimos e iniciamos las operaciones de recogida y traslado, en este caso fáciles y cómodas.
Así que emprendemos camino hacia el Valle de Arán, a través del Peyresourde, Col del Portillón, atravesar el túnel de Vielha y camino a la siguiente etapa, Boí Taüll. Un viaje rodeado de un bonito paisaje, que en concreto en la subida y bajada del Portillón nos regala uno de los bosques mas atractivos de todo el periplo. Y hemos visto unos cuantos.
El día termina con una pequeña variación de programa. Teníamos en cuenta la posibilidad de una “bola extra” fuera de las invitaciones que tenemos. Las posibilidades, por ser zonas de paso, eran Saint Lary, que ya descartamos por el estado de la nieve, Superbagneres, con la ventaja de un parquing de autocaravanas con muy buena prensa entre los usuarios del medio, pero que también dejamos de lado, parece que tampoco está muy allá, y luego Baqueira, de la que tenemos muy buenas referencias, algo hemos oido que dice que es una estación que está muy bien. Pero finalmente decidimos seguir hacia Boí.
Y estando en la bajada desde el tunel, surge la siguiente conversación.
Pregunta Salva -¿Cerler está por aquí?
- Al otro lado de este monte de la derecha, respondo
¿Sabes? no la conozco.....
-Pues tenemos un puerto de por medio, ya puestos...
¿Esta primero el desvio a Castejon de Sos o el de Boí?
-Creo que el de Castejon, ahora lo vemos.
Y lo vemos, a la derecha y sin pensar mas, para allá nos vamos.
Llegada a Benasque, desafío a las ordenanzas municipales, que muy clarito pone que no se puede dormir en una autocaravana o en un coche en ese municipio, nos instalamos discretamente en un parquing y a darle una vuelta al pueblo.
Mañana, Cerler.