Como en Teruel somos más chulos que un ocho, y solo ha llegado el frio, pues la nieve nos la inventamos nosotros.
24 de noviembre, 9:00, cuatro jóvenes atormentados por el verano, produciendo un sin número de luxaciones de cuello al circular por la capital valenciana con todo el equipo de esquí en el techo de coche, incluso nos sorprendimos nosotros mismos al ver a gente en manga corta.
Antes de las 11:00 ya estamos en el parking, día frio, algo de viento y las nubes aún no han decidido levantarse, en la estación no dejan nada al azar, y ya estaban empezando a mimar la nieve que habían fabricado los cañones.
Lo que alguien quiere, algo le cuesta, estación cerrada, queremos esquiar, toca andar.
Conseguimos llegar al retorno de ventisquero y tocan las oportunas fotografías para dejar constancia del inicio de temporada.
Y llega el momento más deseado después del verano, la primera bajada.
Como están empezando a mover nieve en serio y no queremos molestar, nos trasladamos a Lapiaz. El sol empieza a sonreírnos, y como siempre, Lapiaz es una imagen totalmente distinta al resto de la estación.
Los cañones han hecho su trabajo, dejando unos buenos montones de nieve en la pista, y una capa lo suficientemente espesa en el bosque como para atreverse con el agroski.
Cumpliendo con la tradición, no iba a ser todo esquiar, nos preparamos un salto y había que jugarse la temporada antes de que abriera la estación.
Con las piernas ya cansadas, y el ansia de nieve saciada, tocaba foto de grupo y volver hacia el coche.
Para evitar subir de mas, tomamos el camino forestal que lleva directamente al parking bordeando la balsa y nos despedimos con esta estampa de Lapiaz, la diferencia entre la zona que alcanzan los cañones y el resto parecen dos mundos distintos
Al regresar al sector Sabina, nos encontramos que ya tienen las pistas de debutantes prácticamente listas para pisar y en ventisquero siguen trabajando sin descanso.
Ahora solo queda esperar que este todo listo para el sábado y poder empezar la temporada sin tener que patear.
Me gustaría hacer una mención especial a los trabajadores de Javalambre, año tras año, con unas condiciones meteorológicas ajustadas, por no decir adversas, nos regalan la oportunidad de poder empezar la temporada en las mismas fechas que en el pirineo, y algunos años incluso antes. Sois unos artistas, hacéis magia con los cañones, las máquinas y la nieve.