Pero una vez que el Tauernbahn se mete en túnel para cambiar de valle y no volver, sólo quedamos nosotros, el valle, y todos los lugares en los que nos apetezca parar por el camino, pues si algo fascinante tiene este recorrido, es que en cualquier momento, en alguna de las montañas que te rodean, puede que haya algo que te guste, tanto que quieras parar a verlo, aunque no se encuentre en el mapa turístico.
Hablo de cosas como ésta:
Aún así, existen en el mapa excursiones imprescindibles, y no precisamente relacionadas con la nieve. A pocos minutos de Spittal/Drau, llegamos a un pueblo llamado Reisseck, de dónde parte el Reisseck Bergbahnen (el remonte de la montaña de Reisseck)
Un funicular, dividido en 4 tramos, que en aproximadamente 25min, asciende ni corto ni perezoso, desde los aproximadamente 680msnm a los que se encuentra Reisseck, hasta los 2200msnm de su cima, a través de sorprendentes pendientes que se acercan al 80% (unos 40º), pero que deja vistas increíbles del valle en su recorrido:
Su último tramo, el cuarto, ya es plano, y viajamos en un coqueto tren, en el que podremos disfrutar de mejores vistas, pero ya metidos en las montañas, y alejados del valle:
En la cota más alta del recorrido, a 2 200m sobre el nivel del mar, encontramos un lago, que como en el valle de Malta, es propiedad de la empresa Verbund, y se usa para la producción de electricidad; pero además se pueden iniciar numerosas caminatas a picos cercanos: Höhe Leier 2 774 msnm(izq), y Kleine Leier (dcha), en la foto (dirección Noreste):
Y en la misma dirección de Höhe Leier, se puede llegar hasta Gmeineck (2 592msnm) por la izquierda (lado contrario a Spittal/Drau) una de las cuatro montañas que rodean a esa ciudad, pero que desde allí, se ve mirando al Oeste.
O Martinscharte (2 504msnm) por el Norte (en la foto), o a tan sólo 9km caminando, hasta el pequeño gran protagonista de esta zona: Reisseck (2 965 msnm) (no se ve en la foto:
El lago, estaba vacío, y en obras, pues la presa que lo retenía, se encontraba en bastante mal estado. Con agua, seguro que será una estampa más bonita.
Bajando de nuevo hasta el Mölltal, y pasando Obervellach unos pocos kilometros por la carretera, llegamos a otra de las excursiones imprescindibles, que a mí, me dejó con la boca abierta: Raggaschlucht (la garganta del río Ragga):
Un pequeño sendero en pasarela, de sentido único, y apenas 800m, que se recorre, literalmente, entre “pequeños” desfiladeros, con el Raggabach (Riachuelo de Ragga), surcando el mismo camino, con una fuerza, y un ruido ensordecedor:
Pero ¡ojo!, no siempre hay recovecos en la roca sobre los que se haya podido construir el camino que vas a recorrer, a veces, simplemente, estás suspendido sobre la garganta:
Hasta el punto, de que, nada más entrar en el recorrido, se establece que mantengas en todo momento una distancia mínima de 3m, con las personas que tengas, tanto delante como detrás.
Si el miedo a las alturas es importante para ti, puede que necesites pensártelo dos veces antes de entrar.
Hay tramos, en los que, los estrecho y profundo que es, no permite que entre la luz del sol directamente, y se quede todo en sombra; pero esos tramos, los más espectaculares, se combinan con otros, algo más “suaves”:
Todo, para acabar con la cascada que todo lo inicia:
Y sólo ser capaz, “en la superficie”, de intuir, por dónde acabas de pasar:
102.31 Y esto, sólo ha sido el aperitivo. Pues, volviendo al valle y conduciendo dirección al Grossglockner, en apenas tres kilómetros llegamos a Ausserfragant, un pequeño pueblo dónde se inicia una carretera de montaña de ocho kilómetros, que no es una más de las varias que existen en Carintia y ya os he contado, ésta, tiene algo muy especial.
Y es que da acceso al único glaciar de Carintia: Mölltaler Gletscher, que traducido, viene a ser, el Glaciar del Valle del Río Möll (Mölli para los amigos).
Os podría contar mucho de esta estación, y es que yo, le tengo un cariño muy especial: fue la primera en Austria, la última, y mi primera y única estación en la que he esquiado en verano (25 de Julio), y el día de mi cumpleaños (12 de mayo), un regalo que quería hacerme a mí mismo hace muchos años, y que aquí, pensando sólo en España, o incluso en el hemisferio Sur, siempre me resultó imposible de cumplir.
Al final, un día en cada una de las cuatro estaciones del año. (En Otoño me pilló un día muy malo, y no os podré enseñar fotos, pero sí os podré contar)
Aunque técnicamente, su base se encuentra a 1200msnm, no es hasta los 2200m, dónde se puede empezar a esquiar, y es que, entre estas dos cotas, un funicular subterráneo: el Mölltaler Gletscher Express, necesita 4 718m y cerca de 8 minutos en acercarte a dónde ya podrás calzarte los esquís.
El acceso en coche, no está permitido, la única carretera de acceso, es de una empresa privada, y no está abierta en ningún momento, salvo (creo recordar, el cartel, con mi nivel de alemán, no me lo dejaba muy claro) para peatones, y bicicletas en verano.
La sensación arriba, un día soleado, no tiene precio, sólo ves nieve a tu alrededor, ni un solo coche, y si exageramos un poco, nada que te haga sentir sumergido en la civilización. Sino, todo lo contrario, parecer que esquías en medio de la nada, sólo con la nieve y su silencio a tu alrededor.
Así, en verano:
Asi, en primavera:
Pero así, en invierno:
Esa nieve, tan suavemente moldeada, como si un escultor con su cincel la hubiera moldeado hasta que aquello pareciera una de esas mentiras que sólo vemos en las postales de navidad, existía, y aquí la conocí:
La estación está abierta durante los 12 meses del año, siempre que las condiciones de nieve lo permitan, (en el verano de 2012 estuvo cerrada largo tiempo por falta de condiciones de nieve) y sólo se mantiene cerrada, por revisión técnica de las instalaciones, unas 6 semanas, a contar desde el lunes que sigue al 2º domingo de mayo.
Una vez llegamos a la Mittelstation, es aquí dónde ya se puede empezar a esquiar en invierno:
Con cerca de 30km esquiables durante el invierno, y 3 pistas durante el verano. Su cota más alta son 3 122m, y la más baja, en invierno son 2 200msnm, y en verano 2 717msnm.
Y aunque siempre le guardaré un cariño muy especial a esta estación, no era de mis favoritas. Su nieve, siempre me pareció difícil de manejar, en algunas ocasiones por pastosa, y otras por su extremo grado de nieve polvo, incluso a escasa distancia de las pistas, que te hacía hundirte hasta, al menos, las rodillas. Una nieve, ésta última, que yo, todavía no domino, y aún me da más de un quebradero de cabeza, pero que, para el que la domine, estoy seguro que será un gran paraíso del esquí.
La tónica imperante de tranquilidad, con colas y esperar prácticamente nulas, se mantiene a grandes rasgos también por aquí.
La estación en extensión, es grande, y se podría dividir en cuatro zonas:
Schareck (2 717msnm – 3 122msnm), la zona del Glaciar:
En verano
En primavera
Y en invierno, desde la cota más alta
La principal “pega” de esta estación, es lo cambiante que puede ser el tiempo, un día en concreto llegué a primera hora, con una niebla que no te dejaba ver más allá de 5m en toda la estación, y desde abajo, casi les faltaba decirte “Si fuera tú, no subiría…”; para terminar con un tiempo parcialmente nuboso, e incluso con ratos de un sol radiante. Pero también al revés, y sobretodo la que se llevaba más papeletas para ello, era esta zona, al menos en invierno. Y esto, podía suceder arriba, mientras abajo, en la base del funicular brilla el Sol, y tú, ya te habías hecho ilusiones del pedazo día de esquí que te esperabas.
Tomadas el mismo día, y con escasas 2h de diferencia.
En el verano mucha gente subía preparada para andar, con sus botas, sus bastones, mochila, y todo el equipo para pasar un día en la naturaleza. En esta zona, la montaña es una forma de vida, andar por allí es muy fácil, todo muy bien señalizado, marcado, y numerosos refugios; yo, no me adentré mucho en la montaña como para afirmar a ciencia cierta, pero por lo que sé, los más accesibles, estaban regentados como si de un hostal o una posada se tratase, hasta en lugares dónde sólo se llegaba tras 2h andando.
Funcionan sólo 3 remontes durante el verano: Gletscher Express, la Góndola, y el Gletscher Jet (el de 6 que sube hasta la cota más alta, el otro, yo nunca lo vi funcionando), y sólo con éste, es con el que se puede esquiar. Subir y bajar en los tres, puede salir por una buena cantidad de dinero (32€), pero desde la cima de cada uno, se pueden iniciar excursiones si lo que quieres es andar, y sus tarifas, ya tienen todas las opciones pensadas.
Si vas a esquiar, el precio es diferente (hasta 42,50€), más barato, cuando más tarde llegues.
Yo, llegué un 23 de Julio a la cota 2 200.
Mirar hacia Alteck no era tan “desolador” como imaginé, la verdad es que aún fuera del Glaciar, la nieve se conservaba bastante bien
Pero mirar hacia el pico más alto, y hacia el Glaciar, era increíble. La primera vez que subí, no me lo creía, no parecía real, era como si hubieran puesto un póster enorme delante, o como si fuera un espectador de un espectáculo sobrecogedor, frente a aquello, mi único deseo era lanzarme a probarlo. Sí, era mi primer glaciar.
El primer día que subí, no había pensado esquiar, pero al ver aquello, no me pude resistir, y me las tuve que ingeniar para poder volver, al final, 2 días después, con mis esquís a cuestas, nervioso como el primer día, por no perder aquella oportunidad, que quién sabe cuando volverá…
El esquí de verano, reduce su horario, y se termina dos horas antes que el de invierno, a las 14h. Gente, ese día, poquita, sólo italianos entrenando, que a las 12h me dejaron la estación, literalmente, para mí solo.
No recuerdo recomendaciones especiales (de peligro de grietas o similares), diferentes de las de invierno, para el esquí fuera de pista, supongo que tal y como estaba, imperaba el sentido común al respecto
La nieve, no la recuerdo mala en absoluto, ni siquiera difícil, ese día pasó muy rápido, alomejor es que ya había ganado más dominio sobre la nieve.
Las vistas, incluso más espectaculares en verano
Y como no, las nubes, hasta en verano, iban y venían muy rápido, pero algunas instantáneas pude captar del Glaciar en la vertiente contraria de Schareck.
Otra zona, sólo en invierno (y en Otoño, si la nieve lo permite) son las pistas junto al remonte Panoramabahn Klühspies (2 800msnm – 2 480msnm), inmediatamente inferior a Schareck hacia el Oeste. De hecho, una pista traza la bajada desde los 3 122m hasta los 2 480m non-stop.
En su base
Y en todo su esplendor, (lo único que no está cubierto por la niebla).
En su base, dónde se produce la conexión entre esta zona, y la siguiente, existe una embalse: el Hochwurtenspeicher, que en invierno se hiela, y se llena de nieve como si no hubiera nada debajo:
Alteck (2 430 msnm – 2 751 msnm), solo accesible desde la base inferior de Klühspies
Es la zona más alejada, y parecía que no la abrían todos los días de la semana. Sólo pude disfrutarla uno, y desde aquí es dónde se obtienen las mejores panorámicas de toda la estación:
Y de la que me he servido para presentaros la estación:
Esta zona, sólo tiene 3 pistas, una negra, y dos rojas, todas completamente deliciosas, aunque yo, personalmente, me quedo con la primera:
Y la última, la Mittelstation (2 100 msnm – 2 800 msnm), hacia el Sur, desde la base superior del funicular, hasta el Restaurante dónde conectas con Schareck (dcha) y Klühspies (izq). (Derecha del mapa de la estación)
La zona a la que se llega con el funicular subterráneo, y desde la que se accede a la parte más alta de la estación, y con el contraste más especial entre verano e invierno
Y con grandes, amplias y largas pistas, que conectan la parte alta, con la parte más baja de la estación, y que puede estar fácilmente despejada, mientras en la cumbre, la niebla no te deja ver más allá de tus esquís.
Aquí, es dónde noté yo la calidad de la nieve pisada, más pastosa, pero claro, por las circunstancias de aquél día, que la hacían más concurrida, supongo, de lo habitual.
Y la más deliciosa de las dos que bajan, paralela al remonte en su primera mitad, la negra.
Se puede bajar aún más, y esquiar teóricamente por encima del túnel subterráneo, hacia el remonte de Schwarzkopf (cabeza negra), 126m más bajo que la llegada del Gletscher Express, pero con hasta 276 m de desnivel desde su cota más alta. Desgraciadamente, cuando la nieve escasea, sus pistas son las primeras que se ve obligado a cerrar.
En su base intermedia, cuenta también con dos pequeños telesquis, por si alguien se anima a aprender a esquiar aquí.
Y nuestra excursión de hoy, se acaba aquí, en el Mölltaler Gletscher.
En nuestra próxima escapada, volveremos al valle del Río Möll, para remontarlo casi hasta su nacimiento, en el pueblo de Heiligenblut, a los pies del Grossglockner y la Grossglocknerstrasse, dónde pararemos para visitar la última estación por este lado de Carintia, antes de entrar en Osttirol.
Espero que hayan disfrutado de esta etapa
¡Hasta la próxima!
