Si queremos adentrarnos en las montañas, viajando por la autopista desde Villach, cuando estemos llegando a Spittal/Drau nos daremos cuenta que nos estamos acercando a lo bueno: rodeada por tres cadenas montañosas: Gurktaler Alpen al Norte, Gailtaler Alpen al Sur, y Hohe Tauern al Noroeste, las zonas donde no hay montañas, es por que un río lo impide: el Möll (que atraviesa la cadena del Höhe Tauern por el valle que lleva su nombre: Mölltal), el Lieser (cuyo valle, el Liesertal, es la frontera natural entre Höhe Tauern y Gurktaler Alpen) y el Drau (la principal arteria fluvial de Carintia, a la que vierten todos los ríos de la región antes o después; que dibuja el Drautal desde Osttirol entre Höhe Tauern y Gailtaler Alpen, pasa por Spittal/Drau, baja hasta Villach, y rodeando Klagenfurt y el Wörthersee por el Sur se adentra en Eslovenia camino de Maribor, dónde cambia su nombre por el Drava.
Al sur del Drautal, se encuentra el Gailtal, río que desemboca en el Drau, y que acoge también más de una sorpresa.
Esta pequeña explicación, me va a servir para poder orientaros en todo el viaje por el que os quiero llevar a través de la región, ya que en Carintia, te puedes orientar muy bien sabiendo cual es el río que pasa por el valle en el que te encuentres, y además existen casos de nombres de pueblos repetidos, que se diferencian únicamente por el apellido que indica el valle en el que se encuentran.
Así, Spittal an der Drau, en el valle del Río Drau (Drautal), y sus alrededores, se encuentran protegidos por cuatro montañas que superan los 2 000 m y una quinta que ronda los 700 m.
Esta última, situada al norte, es la que marca la frontera entre la ciudad de Spittal/Drau, y otra de las grandes joyas de la zona: el Millstätter See (el lago de las mil estatuas) que, de más de uno he oído calificar como el más bonito de Carintia:
Desde el Millstätter See, mirando hacia el Sur, vemos dos de las montañas que rodean Spittal/Drau: St. Wolfang (745 m) (al otro lado está la ciudad), y al fondo, Goldeck (2 142m) y que ya os presenté en la introducción.
Pero es, en esta pequeña montaña que separa la ciudad del lago, dónde encontramos otro pequeño lago de agua negra, y no por que esté sucia, sino por que aquí cada lago tiene su agua de un color ligeramente particular, y a éste, por lo que se vé, le tocó así: el Egelsee (772m) un pequeño regalo escondido entre los bosques que pueblan esta montaña, y al que se llega tras una agradable caminata desde Spittal/Drau, de tan sólo 1h y media:
Desde Spittal/Drau, mirando en dirección Noreste, encontramos el Egelsee, y un poco más lejos, en la misma dirección, (y en segundo plano en la foto anterior): Mirnock (2 110 m), (en una foto tomada a finales de mayo, aún con nieve); montaña exigente, y aunque en su ascensión se tarda unas 3 horas, tiene desniveles muy fuertes en su primera hora, pero que durante la segunda nos premia con una de las estampas más bonitas que he visto yo en Carintia:
Al norte de este lago (dcha de la foto anterior), está la segunda montaña que supera los 2 000 m, y cuya ascensión fue una de mis primeras experiencias caminando con raquetas de nieve; Millstätter Alpe (2 091m):
Ascendiendo esta montaña desde el Norte, (la ladera contraria al lago) nos regala imágenes tan espectaculares como ésta:
Pero como todo en Carintia, el verdadero regalo está si no te rindes y sigues adelante hasta la cima, pues lo que tus ojos van a ver arriba, te puede dejar sin palabras:
Pero si la montaña de mis ojos era Goldeck, a la que más respeto tenía, se llamaba Gmeineck (2 592m) (y su vecina Stoder (2 433m)), siempre imponente, y durante muchos días de los meses de Mayo y Junio siempre con un cono de nubes en la cima, que a veces eran nubes negras de tormenta que te hacían respirar hondo y pensar de nuevo si subirla era buena idea.
Al final es la única que me quedó por subir de los alrededores, pero es que su distancia desde Spittal/Drau hacían el plan prácticamente inviable si no se disponía de coche y un buen compañero dispuesto a seguirte en la aventura:
La luz del amanecer (6 am) les da un toque a las montañas especialmente bonito, que aún no soy capaz de explicarme a mi mismo, pero que no pude sino fotografiar, tanto a Gmeineck, (en la anterior), como a Goldeck, una vieja conocida ya, que me he dejado para el final, por un motivo muy especial.
Y es que es en esta montaña, dónde se encuentra la primera estación de la que os quiero hablar, con el mismo nombre que la montaña: Goldeck (http://www.sportberg-goldeck.at/)
Con Spittal/Drau como ciudad a pie de pistas, el acceso a la estación se puede hacer desde dos remontes: el teleférico, a la izquierda del plano (sólo en verano), y el telecabina, a la derecha (sólo en invierno), y es que aunque aquél era el que estaba en el pueblo, la distancia desde mi casa a la base del otro era únicamente de 20 min andando, ó 5 min en autobús
En segundo plano a la dcha, podéis ver Spittal/Drau, detrás de él St. Wolfang, y al fondo,, tapado por las nubes, es dónde está Millstätter Alpe.
Comenzamos la ascensión en el telecabina de invierno:
Esta estación la pude conocer tanto en verano:
Como, numerosas ocasiones, en invierno
Antes de continuar, debo matizar que desde pequeñito, aprendí a esquiar en Valdesquí (para los que no la conozcan, es una estación del Sistema Central, muy cercana a Madrid, con unos 20km esquiables), y se ha convertido para mí en la unidad de medida para comentar y comparar las estaciones.
Goldeck tiene (teóricamente) 33km esquíables, pero a mí me parecía similar o incluso algo más pequeña que Valdesquí, y eso fue lo que me hizo empezar a sospechar que en Austria también les gusta hinchar un poco los números; pero bueno, al fin y al cabo, eso es lo de menos, si la estación lo merece.
Y ésta, sí que os puedo asegurar que al final el número de km, es lo que menos te preocupa. La nieve: siempre inmejorable calidad polvo; las pistas: increíblemente pisadas, rápidas, anchas, y cuando caían entre árboles, demasiado bonitas; aunque siempre, algo cortas.
Goldeck tiene 3 laderas: la Norte, la que se ve desde Spittal/Drau y desde la que acceden los teleféricos, la Oeste, sobre la que se extiende la estación:
Y la Este, que está abandonada, o al menos, yo nunca vi, ni en funcionamiento, ni tan siquiera las sillas montadas sobre los cables, y siempre dudé que fuera por falta de nieve. Además, tenían otro remonte siempre cerrado, el (5), quizá recuerdos de un pasado mejor en la estación:
A este lado es donde se encuentra el aparcamiento al que se llega si accedes a la montaña desde la Goldeck Panorama Strasse (http://www.nockalmstrasse.at/de/goldeck-panoramastrasse/):
Otra carretera de alta montaña, de 17 km, que sólo funciona en verano, y con un peaje de 16€, (hasta los 1 200 msnm es gratuita), y pendientes de hasta el 10%, que no la hacen recomendable para ciclistas poco experimentados en la escalada de montañas.
Pero volviendo a cotas más altas…
La estación suele estar bastante tranquila, personalmente, no recuerdo ni una sola ocasión en la que tuviera que hacer cola en los remontes, o esperar más de 5 min en subirme a alguna silla. Dispone de dos pequeñas zonas de debutantes: una, junto a la base superior del telecabina, y la segunda en la estación intermedia del teleférico, cuyo segundo tramo sí funciona en invierno.
La más larga, la única pista negra, de unos 8km, se jacta de ser la pista negra más larga de los Alpes, y desgraciadamente no siempre estaba abierta. Era la única cuya calidad de nieve, según ibas descendiendo, era un poco más deficiente si no había caído una gran nevada en los días anteriores, con algunos tramos helados, y al final algo pastosa; pero con vistas, tan increíbles como éstas:
Con unos fuera de pistas desafiantes, algunos entre árboles, otros entre pistas, y otros, itinerarios marcados, pero no pisados, que podían llegar a hundirte bien los esquís en la nieve, y si alguna nevada anterior había sido importante, podía llegar hasta la rodilla sin problemas.
Pero su mejor baza, es la increíble vista que podías disfrutar mientras ibas bajando por algunas de sus pistas:
En una próxima entrega, espero que queráis seguir viajando conmigo, por que os llevaré río abajo por el valle del Río Drau, hasta Villach, dónde os presentaré la estación de esquí desde la que se puede disfrutar de una vista inédita, me atrevería a decir en el mundo, de un solo vistazo, 3 países, y otros planes que hacen la delicia de cualquier montañero.
Y éste, es mi adelanto para que vayáis abriendo boca:
Enhorabuena!!! Menuda envidia!!!
