Después de haber pasado la semana anterior en Austria, comparto con vosotros la experiencias de lo que han sido estos días por la región de Carintia, con la "Familia Carrión", practicando el "Slow-ski".
Partimos desde Málaga una parte del grupo, el resto desde Madrid.
Nervios por la mañana, vuelo y el "pajaro" que nos iba a llevar hasta Munich.
Una vez en Munich y junto con el grupo de madrileños salimos rumbo a Dobriach, el pueblo donde íbamos a tener el alojamiento.
Comentaros que esta región, Karnten, está fuera de lo que son las estaciones "comerciales" autríacas.
son estaciones de tamaño pequeño-mediano, muy bien aprovechadas y con bastantes posibilidades de free-ride.
Fué la estación más grande en kilometros de pistas.
En todas hemos tenido nieve en abundancia, a veces más de la cuenta.
Como toma de contacto y para ser el primer día, no estuvo nada mal.
no teníamos demasiado tiempo para hacer fotos, pero si para
algún descanso....
Como cuidan estos austríacos a los esquiadores...
El tiempo fué cambiando y las nevadas no nos abandonarían en
toda la semana.....que faena....
Tras toda una aventura para llegar a la estación, nos perdimos por ir
por un atajo y terminar en una rotonda sin salida en mitad de un parque nacional, llegamos a la que iba a ser nuestra segunda estación, Nassfeld, que acumulaba muchísima nieve, como comprobamos en el parking.
Subiendo en el teleférico y aspecto de la pistas.
Otros 110 kilómetros de pistas, sin darse importancia, con
la gran mayoría rojas.
Una parada para posar y disfrutar del paisaje
Este era el "trabajo" para este día.
José Miguel, desde el balcón del hotel se concentraba para la
labor, como un auténtico "cuerpo de élite" que es...
Lo que prometía ser un día de esquí con el lago Ossiacher al fondo, se
convirtió en un día "perro", con una nevada acompañada de viento en la parte alta de la estación que se convrtía en agua en la base.
Por éllo, sólo se podía esquiar en dos pistas conectadas, unos 7 Kms, y que algunos fueron capaces de hacerse en una bajada sin parar....
Un restaurante en mitad de una roja, para hidratarse en plena bajada
Este día terminamos empapados, a pesar de todos los miles de columnas de agua que tenían nuestra ropa...
Unas fotos de nuestro alojamiento, cuarto de esquís y botas y apacamiento.
Todavía no lo sabíamos, pero nos estábamos preparando para lo que iba a ser el mejor día de esquí de la semana.
Si alguien nos dice que, una pequeña estación, con apenas 20 Kms de pistas y 7 remontes, nevando todo el día y con la visibilidad justa, nos iba a deparar las satisfacciones que nos dió, no lo hubiésemos tomado en serio. Pero así fué.
Una joya nos estaba esperando.
Nuestro contacto en la zona, Nadine, había trabajado como monitora y guía de montaña aquí. Nos dijo que era una estación pequeña, pero con unos fuera-pistas muy accesibles.
El día, como todos, con nieve.
Llegando pudimos advertir que había muuuucha nieve....
Esto que veis era el parking "principal" de la estación, realmente saturada de gente....
Usuarios estábamos nosotros 8 y un par de grupos de niños con sus
profes.
Eso si, la estación completamente abierta, igualito que en otras que conocemos. De hecho, los remontes funcionaban al "ralentí" y únicamente los ponían a su velocidad normal cuando llegábamos nosotros.
Y a esquiar, con 20-30 cms. de nieve recien caída, entre pinos, atravesando granjas.....todo un disfrute.
Estudiando la siguiente bajada, el descanso y la alimentación e
hidratación, siempre necesaria.
Después del descanso....a seguir trabajando.
Nos quedamos nosotros sólos, con una estación austríaca para disfrutarla, todo un lujo.
Ese día sólo mirábamos el reloj para calcular cuantas bajadas
más podíamos hacer pues estábamos disfrutando como niños.
Desgraciadamente, todo lo bueno acaba y rematamos a las 4
de la tarde, como auténticos "Fatiguitas".
Hasta aquí la primera parte.
Mañana, más.