Desde lo más alto, hasta donde acaba lo blanco
Seguro que muchos de los que visitáis este foro, cuando al salir del remonte que aterriza en lo más alto habéis estado parados echando un vistazo a esos inmensos parajes y a esos valles inmaculados que se ven tras las vallas y límites de la estación, más de una vez pensasteis en lo bueno que sería dejarse caer por esas palas y bajar por el área silvestre hasta que se acabe lo blanco. ¿A que sí?
Pues eso pensamos esta mañana los Orcos reunidos en la salida de la silla Entresierras de Fuentes. Y ni cortos ni perezosos sacamos el móvil para presionar hasta convencer a dos amigos solidarios para que bajaran unos cuantos kilómetros en dos coches y dejaran uno con las llaves camufladas en el tubo de escape, estratégicamente aparcado junto al grupo de cabañas al lado del bar Coallines, que es por donde calculamos acababaría lo blanco.
Como director de la expedición estuvo AlmadeOrco, un auténtico profesional del freeride:
Su lugarteniente fue Orcotore:
Y la tropa la formábamos PiratOrco, FernandOrco, SantOrco, NuevOrco y ReporterOrco (duro oficio el de freeridereportero). Una vez asegurado el vehículo para el retorno (es lo malo de no tener heliesquí, que nos tenemos que buscar la vida molestando a los amiguetes), nos lanzamos felices y contentos por la primera pala, esa tan apetitosa que llevaba provocándonos con su virginal textura toda la semana:
Tras ese descenso inicial, y dado que ninguno habíamos hecho esa ruta anteriormente nos entró la primera duda: por donde seguir. SantiOrco, que siempre va a su bola, no paró a esperar por nadie y sin tomar respiro trazó una línea kilométrica tras la que perdimos su pista hasta casi al final, donde le encontramos frenado por el cauce de un río. Los demás remamos por una vertiente tras la huella de AlmadeOrco que nos llevó a la segunda pala del día, toda entera para nosotros solos:
La miramos bien mirada, desde distintos puntos, hasta encontrar la salida ideal desde la que nos lanzamos dispuestos a dejar una bonita colección de huellas:
Así se veía desde abajo:
Continuamos la ruta dándole sin parar cuando estaba en pendiente y sin parar de marcar el territorio con la firma de los Orcos:
Llegamos al final de la zona despejada y nos topamos con el bosque nevado, lleno de árboles, arroyos, ríos y demás obstáculos que, pese a lo dificultoso que ponían el recorrido, no lograron hacernos recular ni un metro.
Algún que otro tropiezo, sí que tuvimos:
Tuvimos que tirar de Cuña, eso que teníamos medio olvidado y que tan práctico resulta cuando se complican las cosas ("No hay nada de lo que una buena cuña no te pueda sacar") :
Superamos el cerco de ramas llegando sanos y salvos a una zona desde la que ya divisábamos a lo lejos la carretera en la que nos esperaba aparcado el coche.
No había tantos árboles pero para que no perdiera emoción la excursión nos encontramos entre un sin fin de riachuelos y de trampas de esas que nos pone la madre naturaleza
Atravesado el río, sólo quedaban un par de vallas que saltar, algún verde prado y una cuesta de nada:
Y llegamos a la zona de las cabañas, punto final de la ruta:
Como no cabíamos todos en un coche, algunos regresaron a dedo (esto en Canadá no pasa, allí hay helicopteros, pero qué le vamos a hacer ...) :
Y eso fue todo. Mañana más (si me baja la hinchazón de la rodilla, recuerdo de una rama mal esquivada).
Un saludo