Una semana en las montañas del Arlberg
La semana empezó el día 29 en Barajas. El avión de 44 plazas era tan pequeñito que parte del equipaje tuvieron que meterlo en el siguiente vuelo, eso si, tenía tapicería de cuero y hasta nos dieron de comer.
Llegando a Munich no parecía que hubiera mucha nieve desde el avión
Tras la esperar a que llegara el siguiente vuelo para la recogida del equipaje que nos faltaba nos dirigimos a por el coche que nos llevaría a St. Antón en apenas tres horas.
Esta es la casa en donde nos hospedamos; son todo atenciones, nos hemos sentido como en nuestra propia casa.
El primer día de skí lo empezamos en Rendl
Tras una bajadita de calentamiento nos hicimos un fuera de pista desde Riffelscharte hasta St. Antón por este precioso valle
Después nos pasamos a la ladera de enfrente y subimos al Valluga donde comimos, el sitio es recomendable.
Vistas desde el Valluga
Las máquinas saliendo a pisar por la pista nº 1 de St. Antón.
El famoso Mooserwirt donde el personal empieza a beber cerveza a las tres de la tarde al ritmo incluso del Aserejé.
El segundo día lo empleamos en ir a Lech, el pueblo más bonito de todos.
Lo mejor es aparcar en el parking nº 4 al final del pueblo y coger la silla junto al río.
Aquí tenéis una vista subiendo en el telesilla
Y otra más
Las cabañas, al igual que en Dolomitas se encuentran repartidas por las laderas de la montaña.
El tercer día nos fuimos a Zürs
Y sin dudarlo nos hicimos una bajada por Muggengrat-Täili, un valle precioso que nos invitó a hacer la primera del día.
En la siguiente decidimos bajar por el itinerario fuera de pista nº 33 hasta Zug.
Aquí podéis ver la bajada desde la ladera contraria
En la curva final me di una como hacía tiempo que no me daba, me quedé hasta sin respiración, ¡vaya lechón!.
Este pueblecito es Zug, un sitio maravilloso
El valle yendo de Zug a Lech.
Como se hizo la hora de comer y había ganas nos fuimos todos a comer a Lech. De izquierda a derecha: Roberto, Antonio, Manu, Arturo, Angel, Roberto, yo mismo, Belén y Raul.
Después de comer emprendimos la vuelta hacia Zürs cogiendo el teleférico que sale del pueblo y va hasta el Rüfikopf, desde donde tomé esta foto. Lo que se ve abajo es el pueblo de Lech.
El cuarto día decidimos quedarnos en St. Antón de nuevo y nos hicimos otro itinerario fuera de pista, el número 33 que baja por otro valle precioso. Es de destacar como están organizadas aquí las cosas, lejos de prohibir el skí fuera de pista, los itinerarios se balizan y, a lo largo de los mismos existen botiquines y emisoras para avisar en caso de necesidad, igualito que en España.
Después nos bajamos hasta St. Christoph
y nos fuimos hasta Stuben, una zona muy recomendable cuando en St. Antón empiezan a formarse colas.
El quinto día volvimos a Lech y dedimos volver a los fuera de pista.
Estas están tomadas en el itinerario fuera de pista nº 49 de Lech, en dirección a Zug.
De nuevo en Zug, tras el fuera de pista.
Una vista desde el fondo del valle, con las montañanas al fondo.
y esta mía rompiendo el paisaje junto al río, lo siento.
Tras subir de nuevo hacia Lech, volvimos a repostar al mismo sitio pero esta vez comimos dentro y nos tocaron el acordeón después de comer.
Esta está tomada desde el interior de la cinta/invernadero que se puede coger para venir desde Stuben a St. Antón.
Esta foto es de la pista iluminada de Fang
y estas son fotos de calles de St. Antón.
Esta es de la calle principal donde están todos los garitos y tiendas, la Dorfsrasse.
Esta está hecha en la puerta de casa.
La calle principal de noche.
y estas desde el balcón de la habitación.
Las dos últimas son de la terrible espera en el aeropuerto. Es necesario avisar a todos aquellos que vayan a volver de Austria a Alemania un sábado, que pueden llegar a emplearse hasta seis horas en llegar a Munich. Nosotros perdimos el avión y tuvimos que comprar otro billete para volver.
y para colmo se puso a nevar.
y tuvimos que esperar a que nos descongelaran el avión para poder despegar. Al final llegamos a Madrid a las 23:30 H y una que yo se me, llegó a su casa al día siguiente a las 17:30 H, porque perdió también el vuelo que tenía que coger en Madrid hasta su casa.
El Arlberg merece la pena, sobre todo Lech por sus paisajes, a mi me encantó. Espero que os gusten las fotos, el coco lo tengo un poco empanao a estas horas.
Un saludo, a todos.