Lech, un lugar especial
Hay que decir que Lech es como lo imaginaba, un lugar con un encanto especial, uno de esos lugares que nos cautivan a primera vista, por su belleza y por su ambiente.
La carretera que sube hasta el Flexen Pass, para después bajar primero a Zürs, era un buen preludio de lo que nos esperaba, estaba nevada y las vistas ya eran espectaculares.
Finalmente llegamos a Lech donde dormiríamos en el hotel Sandhof, a dos pasos del teleférico que sube a Oberlech, un hotel muy acogedor, familiar como la mayor parte de los hoteles de montaña de Austria, no demasiado caro y donde se estaba bien de verdad, la palabra que mejor lo describe es “gemütlichkeit”, una palabra alemana que no tiene traducción fiel en otras lenguas, significa algo mas que ser acogedor, es la sensación de pertenecer a un lugar, de bienestar, en fin, se aplica a todo Lech.
Un primer paseo y vemos que el pueblo tiene mucha vida, tal vez porque es un lugar que a pesar de vivir del turismo ya existía antes que los turistas, eso le da una personalidad muy propia.
Son las 5 de la tarde y a pesar del frío que hace, -13º, estamos en plena hora del apres-ski, y el apres-ski en Lech se pasa en terrazas, donde la bebida principal es el “Glühwein”, un vino caliente con azúcar y otros ingredientes que sienta de maravilla con el frió que hace.
El viernes se anunciaba soleado y decidimos hacer el “Weisse Ring” (el anillo blanco), que es un circuito que nos permite tener una panorámica de casi todo el dominio de Lech-Zürs, pasando también por Zug y Oberlech.
El “Weisse Ring” es también una prueba que se realiza todos años, tiene sus orígenes hace 50 años cuando fue creada por Sepp Bildstein y es la mas larga prueba de esquí del mundo, con un recorrido de 22 km.
El record del circuito pertenece Patrick Ortlieb, ex-campeón olímpico de descenso que hizo el recorrido (fuera de competición) en 44m 35,07 s, pero nosotros tardaríamos algunas horas a completarlo a ritmo de paseo.
El inicio del circuito esta en el centro de Lech, donde se sube en el teleférico “Rufikopf”, desde el que se deberia de tener unas vistas maravillosas sobre el pueblo pero, a las 9h de viernes todavía había niebla.
La primera bajada se hace por la pista roja “Steinmannle” (1634m), buena para calentar, con una pendiente suave y donde la nieve estaba perfecta, con una capa de nieve virgen por pisar gracias a la poca gente que había a primera hora y a las nevadas de esa semana que pusieron fin a la anormalidad que ha supuesto la lluvia en esas zonas en pleno mes de Enero.
En seguida se sube el único telesquí del circuito, el “Schuttboden”, para luego bajar una pista azul, la “Schuttboden-Zürs” (1607m) donde la visibilidad todavía no era muy buena y que nos llevó a la base de la silla “Trittalp”.
El día empezaba a abrir, el sol queria romper la niebla pero no lo ha conseguido mientras empezamos la bajada hasta Zürs por la pista roja “Hexenboden Direkte” (1798m).
Zürs, un núcleo de hoteles sobre los 1700m se adivina entre la niebla.
Ya en Zürs se pasa por un puente sobre la carretera, en la parte final hay una alfombra que nos evita el “remar” y no fuese a ocurrir que se estropearse justo cuando nosotros llegábamos.
Finalmente sale el sol mientras subimos la silla “Zürsersee” que nos llevará hasta una pequeña bajada en dirección a la silla “Madloch”.
Desde la silla vemos gente que carga con los esquís para catar la nieve virgen.
Y también nos divertimos con nuestra sombra.
Desde el Madloch Joch las vistas son impresionantes, con los picos entre las brumas, y empieza la parte mas complicada del circuito, el itinerario “Madloch-Zug” (4187m), sobretodo porque por debajo de la nieve virgen lo que hay es hielo, y aunque en el mapa no parezca muy largo la verdad es que el desnivel es de casi 1000m y se hace muy largo, sobretodo para mi mujer, también cuando lo bajabamos ya habia bastante gente.
En esta foto se puede ver que Lech todavía queda lejos y ni siquiera esta en nuestra dirección (por ahora).
En fin, terminamos llegando a Zug, un pueblecito en el medio de la nada (o mejor, en el medio del paraíso), pero que, como siempre, tiene su iglesia.
Subimos la silla “Zugerberg” por entre los árboles nevados, es hora de comer antes de empezar la bajada final hacia Lech.
Ya con las fuerzas repuestas evitamos tener que remar gracias a la cuerda “Balmengrat”, en la cual no es muy aconsejable mirar a mano izquierda.
La niebla vuelve pero ni por eso las imágenes son menos espectaculares.
Bajamos por la pista azul “Kriegeralpe-Petersboden-Oberlech-Lech” (1400m+2836m), es la bajada final, hacemos unas fotos en Oberlech.
Una mirada hacia atras, el sol hace contraluz por detrás de los arboles.
Por fin estamos llegando a Lech, son las 14.30, tardamos algo mas que Patrick Ortlieb pero seguro que el tampoco disfrutó del circuito igual que nosotros.
Para terminar el circuito, una foto al cartel que celebra los campeones del “Weisse Ring”.
Pasamos al apres-ski, el “Glühwein” pues ahora nos apetece mas que volver a las pistas que en esta zona ya están llenas de bañeras y de hielo y mañana sera otro día.
Sabado me despierto miro por la ventana y veo que nieva fuerte, decidimos que subo solo, mi mujer subirá mas tarde.
No puedo desear nada mejor que una mañana como esta, me encanta cuando nieva fuerte y no hace viento, como ahora.
Subo el teleférico hacia Oberlech
Oberlech es una zona donde solo hay algunos hoteles y donde el trafico de coches esta prohibido en invierno.
Tiene además otra característica original, para poner fin también a la circulación de motos de nieve que servían para el abastecimiento de la zona, se construyó, en 1996, un túnel con casi 1km, financiado por los hoteleros, por el ayuntamiento y por la sociedad de los transportes de cable.
Llego a Oberlech y sigue nevando fuerte, me siento en el paraíso, estoy solo en el centro de este núcleo, donde no hay iglesia pero en su lugar hay una pequeña capilla.
Las pistas se adivinan entre los árboles, no consigo ver mis esquís por debajo de la nieve virgen.
Durante 1 hora estoy casi solo, solo algunos afortunados más que gozan la nieve polvo.
Pero después de las 10h llegó mas gente y las pistas empezaron a estar mas difíciles, sobre las 11h bajo el teleférico y encuentro a mi mujer, decidimos que es mejor no subir otra vez y que nos marchamos para Malbun, es posible que lleguemos a tiempo de esquiar un rato por la tarde.
Eso si no ocurre nada en el camino, que no va ser fácil, hay que montar las cadenas y no se ve un palmo en la carretera en dirección al Flexen Pass.
Pero eso queda para otro reportaje…