Dolomitas en verano
Así que este año, para conmemorar el décimo aniversario de mi matrimonio, nos hemos decidido por Italia, empezando por 3 noches en esa montañas de las que tanto se habla en los últimos tiempos en Nevasport.
Los Dolomitas son una sección de los Alpes, localizada en las provincias italianas de Alto Adige, Trentino y Veneto.
El nombre Dolomitas tiene su origen en el geólogo francés Deodat de Dolomieu, que ha sido el primer a describir el material dolomite, que es el responsable por las formas y los colores tan características de las cimas dolomíticas.
Su punto mas alto es el Marmolada, con sus 3.344m de altitud.
Nuestra idea era salir de Lisboa temprano, con vuelo hasta Venecia, para llegar al principio de la tarde a Corvara, donde habíamos reservado un hotel muy especial para el inicio de nuestras vacaciones.
Al perder el avión para Venecia, tuve que cambiar el vuelo para Milán, donde llegamos sobre las 7 de la tarde para hacer los casi 400km que nos separaban de Corvara.
Felizmente que el trayecto es casi todo en autopista, pero aun así, y también porque pasamos por una tempestad al llegar a las montañas (muy bonita, se veían unos rayos impresionantes) llegamos al hotel casi a media noche, después de subir y bajar el Passo Gardena (2121m).
De hecho, ha sido una pena llegar tan tarde, porque el hotel La Perla es una absoluta maravilla, lleno de detalles, y merecía ser disfrutado con mas tranquilidad.
Estas son las vistas de la terraza de la habitación.
Su localización es perfecta en invierno, ya que esta justo al lado de la telesilla Col Alto que da acceso a las pistas de esquí de Alta Badia.
Corvara está en el Val Badia, que es uno de los valles de Ladinia, una zona con una identidad muy propia y en la cual los topónimos están escritos en 3 lenguas, el italiano, el alemán y el ladino (no confundir con la lengua de los sefardies, descendientes de los judíos expulsados de España en 1492, que tiene la misma designación).
Por la mañana, empezamos el paseo de coche, la idea era hacer la vuelta al Gruppo del Sella, volver al hotel para coger las maletas y ir en seguida para Cortina d´Ampezzo, así que empezamos por volver a subir el Passo Gardena, pero, esta vez, de día, que además estaba muy bien y permitía apreciar el paisaje.
Del otro lado del Passo Gardena esta el Val Gardena, asi que hicimos un pequeño desvío para ir a Selva, el mas conocido pueblo de esto valle.
En seguida, volvemos a la carretera al rededor del Gruppo del Sella, esta vez para subir al Passo del Sella (2.237m), por el cual se pasa al Val di Fassa.
Es impresionante ver la cantidad de gente que aprovecha el verano para subir y bajar estos puertos de montaña de bicicleta y, aun en mayor cantidad, de moto.
Se ve también mucha gente a subir las montañas, como en esta foto de una cima del Gruppo del Sella.
Después del Passo del Sella, la carretera baja antes de se empezar nueva subida hacia el Passo Pordoi (2.239m), por el cual se entra en el Valle de Livinalongo y se empieza a bajar hasta Arabba, un pueblo desde el cual se puede subir al mítico Marmolada.
Vista para tras, después de pasar Arabba.
A partir de aquí se sigue una vez mas en dirección a Corvara, donde se concluye esta vuelta al Gruppo del Sella, uno de los trayectos mas emblemáticos de la Grande carretera de los Dolomitas.
Llegados a Corvara, mientras cogemos las maletas todavía queda tiempo para una foto de la iglesia, tan parecida con muchas otras que se encuentran en Austria, especialmente en el Tirol.
Así que partimos con destino a Cortina, pasando, en primer lugar, por La Villa, donde todos los años tiene lugar una prueba de la Copa del Mundo de esquí, un slalom gigante en la famosa pista Gran Risa, que ya se conoce aquí en Nevasport en su traje de invierno.
Vista desde La Villa.
Y la carretera que sigue en dirección al Veneto.
Seguido, se pasa por el histórico Passo Falzarego (2.105m), del que ya hablaremos mas en delante, y llegamos a Cortina d´Ampezzo, la mas glamorosa estación de Italia (aunque no sea verdaderamente una estación de esquí, sino un pueblo, o mas bien una ciudad, con áreas de esquí a su rededor.
Cortina ha sido austriaca durante 400 años, hasta 1915, pero ya esta muy «italianizada», mas que muchos otros pueblos de los Dolomitas, ya que ha tenido su gran desarrollo ya bajo dominación italiana.
Aquí nos alojamos en un hotel histórico, justo en el centro, el Hotel de la Poste.
Debo decir que, pese su belleza exterior es un hotel, en mi opinión, necesita de una remodelación, ya que por dentro empieza a parecer un poco mas viejo que antiguo, lo que se justifica sobretodo por el precio que se paga, ya se que es el centro de Cortina pero eso no es todo.
De todas formas se estaba muy bien, como se ve en esta vista desde la terraza de la habitación en dirección al sur (para norte habría que esperar porque empezaban a aparecer algunas nubes).
El día siguiente por la mañana nos dirigimos de nuevo al Passo Falzarego, para conocer mejor una de las principales zonas donde se enfrentaron los ejércitos austriaco y italiano en la primera grande guerra.
La idea era subir el Funivia Lagazuoi (hasta el Piccolo Lagazuoi, 2.752m), para ver el museo a cielo abierto de las posiciones austriacas, pero era necesario botas de montaña, que no teníamos, además de un casco con una lámpara, que eso si se podía alquilar, por eso no ha sido posible, con mucha pena mía ya que la ascensión por el teleférico tenia muy buena pinta.
Bueno, en esta zona uno no se aburre y siempre hay alternativas, así que nos dirigimos poco mas de un kilómetro en dirección a oeste, hacia el Forte Tre Sassi en Valparola, donde hay un museo de la grande guerra.
El Forte ha sido construido por el ejercito austro-húngaro entre 1897 y 1901, y en el ha estado ubicada una guarnición austriaca durante los enfrentamientos con los italianos.
La visita es muy interesante, ya que además de las explicaciones tiene una impresionante colección de objetos que permiten imaginar un poco como han sido esos tiempos tan difíciles en estas zonas donde ahora pasamos nuestras vacaciones.
En esta foto hecha justo al lado del Forte Tre Sassi se puede ver el Col di Lana y el Monte Sief, donde han ocurrido algunas de las mas sangrientas batallas entre austriacos y italianos.
Volvimos en dirección a Cortina para ir ver otro museo a cielo abierto, lo de la área de las Cinque Torri, donde estaban las posiciones italianas que confrontaban los austriacos ubicados en el Piccolo Lagazuoi.
A esta zona se sube en un telesilla, hasta el Refugio Scoiuttoli (2.225m), en una área donde se encuentra bastante gente paseando, muchas familias, y desde la cual se suben las Cinque Torri, de las cuales me he olvidado de hacer una foto con el conjunto.
En los alrededores de las Cinque Torri se puede visitar las trincheras donde los soldados italianos pasaran largos meses y un invierno durísimo.
En una trinchera.
Seguro que los soldados no disfrutaban de las vistas.
Despues de visitar alguna trincheras y de comer algo en la terraza del refugio, decidimos bajar pateando, empezando por bajar esta primera pala de una pista de esquí.
En esta parte, junto al telesilla, hay verdaderos «tornanti», que es como los italianos llaman a las curvas de 180º de las carreteras de montaña.
El Averau, con sus 2.647m.
En ritmo lento de paseo tardamos una hora y pico para bajar lo que en invierno se puede hacer en muy pocos minutos, terminando la pista en esta ultima pala.
Como se ve en el mapa es una área de esquí muy pequeña, pero aun así me gustaría esquiar por estas laderas, ya que el entorno es bellísimo, además de la atmósfera histórica que hay.
Este es el mapa de la zona de lazer en verano.
En seguida hemos vuelto por la misma carretera hasta Cortina, y como se ve en esta foto, el tiempo empezaba a empeorar.
Pasamos Cortina y subimos por la carretera hasta Misurina, donde ya llovía.
Mi idea era subir hasta Tre Cime di Lavaredo, que parece que es muy bonito, pero la carretera era de peaje y el tiempo estaba cada vez mas cerrado y no fuimos, ya que difícilmente veríamos algo.
La decisión ha sido la mejor, ya que rápidamente la lluvia se transformó en una fortísima borrasca de verano que casi nos impedía de ver la carretera, verdaderamente espectacular.
Al llegar a Cortina el tiempo estaba ya mejor, y esa noche comimos en un restaurante muy bueno, donde comí la mejor pasta de mi vida.
El día siguiente el cielo ha abierto y aun he tenido tiempo para sacar fotos desde la terraza de mi habitación hasta oeste, en dirección al Passo Falzarego.
Y hasta el noroeste, para la área de Le Tofane, con la pista Olimpia de la Copa del Mundo bien visible en esta foto.
Terminada la estada en los Dolomitas seguimos hasta el aeropuerto de Venecia por la carretera de la región del Cadore, un poco menos espectacular pero aun así muy bonita.
En esa carretera, el ultimo puerto que me ha llamado la atención ha sido el Passo Giau (2.236m), que en su vertiente sur, la que he bajado, me ha parecido el mas duro de todos, con pendientes de hasta 14%, y la verdad es que no he visto ningún ciclista subiendo esa carretera.
Bueno, aquí se terminaran mis días en los Dolomitas, y ya se ve como me ha gustado, es la parte de los Alpes que mas me ha impresionado, y eso que todo es espectacular en los Alpes.
Un lugar a volver, que todavía queda mucho para ver, y donde también quiero ir en invierno, para hacer unas bajadas en esas montañas maravillosas.