La Clusaz
El Col de Aravis es la entrada natural al valle:
aunque debido a las nevadas y la sinuosa carretera, es por Annecy el acceso recomendado para llegar al pueblo.
La mayoría de las edificaciones son típicas casas de madera que conservan todo el sabor alpino, lugar tranquilo sin que monstruos de hormigón rompan la armonía y con un genuino aire francés.
Es la misma población la que hace de centro neurálgico de la estación:
que se reparte en cinco zonas, que se corresponden con diferentes macizos.
Manigod es la zona perfecta para debutantes, pistas cortas y de poca pendiente, todas entre pinos, que lo convierte en un marco ideal para iniciarse en el esquí:
La mayoría de los remontes son telesquís, aunque también hay un desembragable de 4 plazas.
Los bosques de esta zona permiten algún fuera de pista interesante :
Beauregard es la zona contigua , están separadas por el puerto de La Croix Fry (al comienzo de la silla que aparece en la foto):
aunque la conexión no es directa, se cruza la carretera que llega hasta el puerto y se baja por una pista verde interminable y pesada que rodea todo el macizo y por la que llegamos al pueblo y a la cabina que da acceso al dominio:
A la izquierda de la foto vemos la pista negra “La Noire”, muy bacheada como todas las negras aquí, pero divertida con nieve recién caída. En la derecha tenemos dos pistas , una roja y otra azul, siendo esta última la que llega hasta abajo, donde se encuentra la cabina que nos devuelve a la cima.
Debemos destacar como curiosidad que en la cima de Beauregard (1690m) hay dos hoteles a los que solo se tiene acceso con moto de nieve o subiendo en la cabina.
L’Étale es la zona menos concurrida de la estación. Un teleférico te sube hasta los 2000 m , y desde allí tienes varias opciones:
La pista Regine Cavagnoud, una roja que te devuelve al teleférico, siempre muy bien pisada, ancha, y que además sirve como estadio de competición.
Otra posibilidad es bajar la negra “Tetras”, que atraviesa el bosque y luego se une a la pista roja.
Sin embargo, aprovechando la buena nieve del primer día, pudimos disfrutar del bosque en toda su magnitud, el cual esconde unas estupendas bajadas fuera de pista. La suerte estuvo de nuestro lado y encontramos una magnífica nieve polvo seca, que llegaba casi hasta la rodilla, y que permitía bajar por cualquier lado con gracia y facilidad.
A media altura está Les Laquais, conjunto de pistas azules con 4 telesquís, muy buenas para practicar el giro conducido. Y por una pista verde que bordea el macizo en dirección sur, llegamos a un pequeño collado que nos separa de Manigod y donde encontramos el Domaine de L’Étale 1500, donde 4 telesquis sirven para acceder a una pista negra y 5 rojas de longitud media, desde el final del último arrastre (Le Grand Chamois) se puede subir andando hacia la cima y elegir entre varios fuerapista muy interesantes.
Fue , junto a Balme , la zona que mas disfrutamos, gracias a su desnivel , variedad de pistas , y sobre todo, por la gran cantidad de posibilidades fuerapista, que nos incitaban a alargar nuestra estancia.
Vista del Massif de L’Étale desde el Combe des Juments:
L’Aiguille , el principal macizo de la estación, tiene acceso directo desde el pueblo gracias a una cabina y una silla de cuatro plazas. Tiene a su vez dos zonas:
La Crêt du Merle:
predominan las pistas azules que discurren entre pinares. Es una zona muy concurrida, salpicada de restaurantes donde degustar la típica comida savoyarda, el Chalet des Praz es uno de los mejores.
También está aquí el park, en un lateral de la pista y servido por tres telesquis,
quizás esperábamos mas, pero entre lo nublado, y que es el santuario de Candide, nos llevamos una pequeña decepción. Había cuatro saltos, que estaban seguidos de dos en dos , formando cada par uno mediano(azul) y uno grande(rojo). No había big jump , una pena, y si tenían rails, con 2 planos, 2 plano-bajada, un cajón plano, y otro subida-plano-bajada, además de uno en S a la entrada. De todas formas, el espectáculo era continuo, con minipros de 10 años marcándose sus 180,360,540,... con grabs, alucinante el nivel de los niños. Faltaba un par saltos para iniciación, pero creo que los lugareños son un poco brutos y empiezan por algo tocho ya...Mención especial para la constante e inacabable música reggae que inundaba el park, y para el encargado, el tío mas pasota que he visto en toda Francia. Y sin duda lo mejor del park era el half pipe, al final del mismo, inmaculado lo tenían todo el día. En definitiva, que hay mejores parks en la península, pero no estaba nada mal para ser un pueblecito.
La otra zona la forman el Combe des Juments, en la parte baja. Una pista roja de pendiente sostenida y una zona de fuerapista en bosque, bastante abrupta y con el peligro añadido de muchos árboles talados cuyos tocones, y no quiero caer en la rima fácil, son verdaderas minas.Al final de la bajada nos encontramos con el Transval, teleférico de doble cabina que conecta con el macizo de L’Étale.
Y en la parte alta está Combe de Borderan, pistas rojas y negras y una zona fuerapistas en un tubo natural con nieve polvo de calidad excepcional. Un telesqui y dos sillas dan servicio a esta zona. La pista negra Lapiaz o la roja Fermuy conectan con la zona de Balme. Las pistas están bien delimitadas, pero la calidad de la nieve permite que toda la pendiente sea zona esquiable. Los obstáculos están señalizados muy bien.
Vista del Combe des Juments, Col de Aravis y al fondo Massif de L’Étale:
Fuerapistas en Combe du Fernuy por el que se accede a Balme desde la zona alta del L’Aguille:
Balme es la zona más salvaje. Pistas negras, rojas y azules, muchos y variados fuerapistas donde elegir, algunos es necesario hacerlos con guia. Vista desde la base de la cabina que nos sube a 1900 metros:
Las pendientes son más pronunciadas. Pista negra Les Choucas:
En el video Yearbook podemos ver a Shane McConkey saltando desde el picacho de la foto, eso si, con paracaídas:
La Torchére amplia pista roja, al fondo pegada a la pared rocosa desciende la pista negra Vraille, que nos devuelve a la parte baja de Balme:
Fuerapista en el bosque del Combe de Balme.La zona boscosa está en la parte media-baja, es bastante espesa y con pendiente importante, pero se encuentran pasillos por los que descender. El Combe de Bellachat es paralelo al de Balme y baja hasta el Lac des Confins.Es un enorme canal donde no hay remontes, se llega pasando desde la parte alta de Balme y hay que ir con guía. Nosotros nos quedamos con las ganas, pues la nieve era ¡super! Adjetivo que suelen usar por aquí para el polvo de alta calidad. En la foto inferior ahivamivieja en vena freestyler.
Desde la base de Balme podemos subir en la cabina Fernuy a la cota 2000 de L’Aiguille o bajar hasta su inicio por una pista verde, que atraviesa el bosque de La Motte, paseo bonito y que no requiere remar, también apto para surferos.
La cabina de la derecha es la Fernuy:
Zona de pistas verdes donde desemboca la pista de La Motte, al fondo el macizo de Aravis:
Las noches de luna llena La Clusaz es una fiesta. Luces, música, patinaje, telemark,
baile, exposiciones, paseos en raquetas, chocolate caliente con brioche.
Las pistas de la Crét du Merle abren desde las 9 de la noche hasta la 1 de la madrugada. Los restaurantes de pistas permanecen abiertos y ofrecen música en directo y cenas especiales. Es el Full Moon. La idea fue importada de las islas del sur del Pacífico por algún lugareño y ya es una tradición. Estuvimos de mirones y fue una pena, pues lo divertido es participar esquiando y a ser posible disfrazado.
Vista de L’Aguille desde la Crét du Loup:
Si nos parecen pocos los 132 km de pistas y las zonas esquiables de La Clusaz, tenemos al lado Le Grand-Bonard, estación con 82 km, unidas por un bus lanzadera y que forman el dominio de Aravis.
Las cotas entre las que se esquía, 2600 a 1100 metros, no son elevadas para los alpes, sin embargo la calidad de la nieve es excepcional, y nos nevó 5 días de los 6 que esquiamos.