Si nos decantamos por bajar hasta Segovia tomaremos una carretera de montaña, en la que las curvas, en su primer tramo, se suceden de forma encadenada, y muy cerrada. Aunque una vez allí podemos degustar el afamado Cochinillo de Segovia, entre otros manjares, y para regresar existe la posibilidad del uso de la autopista de peaje a Madrid.
Por otra parte si decidimos acudir al Puerto de Cotos, podemos hacer un alto en el camino en la venta de Marcelino, donde se disfrutan de excelentes raciones.
Vista de Segovia desde el parking de Navacerrada.
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