Si no hubiera sido por la crisis económica, que ha restado asistentes a cursillos y semanas blancas, posiblemente el sector del esquí catalán estaría hablando a estas alturas de una temporada perfecta. Ha nevado mucho (la estación de Baqueira-Beret ha acumulado 10 metros de nieve a lo largo del invierno) y las nevadas han caído en los momentos en que más beneficiaban a los esquiadores, justo antes de Navidad y en días laborables. Excepto en enero, cuando hubo tres fines de semana seguidos de mal tiempo y los aficionados se retrajeron y optaron por quedarse en casa.
Nuevo episodio
Ahora, cuando teóricamente la campaña hubiera tenido que estar dando ya sus últimos coletazos, un nuevo episodio de nevadas (acompañado de un acusado descenso de las temperaturas, sobre todo nocturnas), ha dejado esta semana en el Pirineo casi medio metro más de nieve fresca en la mayoría de las estaciones de esquí.
Tal es así que Masella anunció ya ayer su intención de no cerrar las instalaciones hasta el 10 de mayo, "si las condiciones del tiempo y la nieve lo permiten", concretaron fuentes de la estación. También estará abierto hasta mayo el complejo de Boí Taüll, que ha creado un forfait especial de primavera, que permite esquiar hasta el mediodía, cuando la nieve pierde calidad debido al calor. Pese a la abundancia de nieve, el resto de los complejos de montaña no han alterado sus previsiones iniciales y mantienen el cierre de temporada fijado, que en la mayoría de los casos se sitúa entre el 13 y el 19 de abril.
Estampa invernal
"Creemos que ha sido una temporada lo suficientemente prolongada. De hecho, para Baqueira-Beret ha sido la más larga de la historia", señalaba hace unos días Roberto Buil, su director comercial. Las pistas han recibido mas nieve durante casi toda esta semana, "la estampa es francamente invernal", resaltó Buil, que espera que hoy llegue una mejoría y el tiempo por fin se estabilice.
De momento, las previsiones para Semana Santa son optimistas. El ritmo de reservas hoteleras, que el pasado fin de semana rondaba el 60% en el Vall d'Aran, ha aumentado significativamente durante la semana, gracias, en buena parte, a las lluvias. La gente que dudaba entre pasar las vacaciones de Pascua en la playa o en la montaña parece haber apostado por esta última. De hecho, según datos facilitados por el Patronat de Turisme de la Diputación de Lleida, la ocupación hotelera en la demarcación leridana entre los próximos jueves y domingo ya es de casi del 85%.
Fuente: