La primera estación de esquí cerrada que visitó fue Geneva Basin, cerrada en 1984. Fue con un amigo, y el misterio que rodeaba aquel lugar tan silencioso le enganchó. Ya no quedaban las torretas, la base y el edificio de servicio habían sido desmantelados, pero aun quedaban los trazados de las pistas, y el sueño de muchos esquiadores: zonas seguras, sin mas personas alrededor y trazados de nieve polvo sin pisar. Afirma en su libro que fue su mejor día de temporada.
La mayoría de estas estaciones están situadas en cotas relativamente bajas, en el angulo situado debajo de la linea de arboles, por lo que las avalanchas aquí son mas que improbables, así que ofrecen uno de los lugares mas seguros para los que se quieren introducir en el esquí de travesía o de montaña.
En Colorado hay unas 200 estaciones cerradas, mas una cantidad indefinida de pequeños remontes en pueblos que se abrían algunos años, y que sobretodo acababan sirviendo de pastos para el ganado en verano. Tan solo una docena de todas estas instalaciones tenían restaurante, máquina pisapistas, aparcamientos e incluso telesillas. Hoy solo quedan 27 estaciones de esquí en Colorado, aunque parece que bastante estables todas ellas. Las razones del cierre son varias: unas no tenían nieve suficiente, y a otras les sobraba pero estaban demasiado lejos de la carretera.
Pero a la mayoría de ellas las cerró la avaricia, comenta Peter Bronski en su prólogo. Casi todas eran pequeñas y quisieron ampliar sus dominios pidiendo dinero prestado. Entonces les vinieron años malos y no pudieron devolver lo pedido. Para él, Geneva Basin es un ejemplo perfecto. Comenzó a operar en 1961 con un pequeño edificio y un par de primarios remontes. A los pocos años añadió un telesilla de dos plazas y un telesquí. Tuvo muchos propietarios a lo largo de los años, pero ninguno logró sacarle mucho beneficio. Uno de ellos, Roy Romer, que mas tarde se convirtió en Gobernador de Colorado, llegó a decir bromeando, que le era mas barato comprar aquella pequeña estación de esquí que comprar forfaits para sus hijos.
En 1984 se vendió a unos inversores con grandes proyectos, pero una vez empezaron, se dieron cuenta que no podían pagar los créditos, así que se declararon en quiebra. En 1996, el Servicio Forestal de Estados Uunidos, propietario de gran parte del terreno donde se aposentan las estaciones de esquí del país, desmontó el pequeño chalet, las torretas y revegetó la zona. Estaciones como estas se encuentran en muchos Estados del país, pero en Colorado están en mejores condiciones esquiables pese a llevar años cerradas. En otros sitios las flora cubre las pistas rápidamente, mientras que en Colorado cuesta mas que los árboles invadan los antiguos trazados.
La última de las estaciones de esquí perdidas en Colorado fue la de Berthoud Pass, que estuvo operativa hasta 2001 y todavía atrae a cientos de 'backcountrys' de Denver. Igual que Pioneer, cerca de Crested Butte, que fue el primer lugar donde se instaló un telesilla en Colorado, pero cerró en 1952 y casi nadie se acuerda de ella. Todo esto lo cuenta Bronski en su libro, gracias a la recopilación que ha ido haciendo Coloradoskihistory.com (que mantiene un aficionado de 26 años que comenzó el proyecto en la Universidad, que solo se atreve a esquiar en zonas marcadas), pero nadie había ido hasta ellas para saber su situación in-situ.
Los pueblos fantasmas, el nombre.
El nombre tiene una razón, a parte de la lógica de dar una idea de qué va el libro. Afirma Bronski que lo único que han perdido estas estaciones son sus telesillas. Ahora para esquiar solo se ha de caminar, lo que hace el esquí de travesía mas atractivo. Soledad, camaradería y lo económico que sale esquiar en situaciones de nieve polvo.
Fue esas razones las que le llevó a comenzar a subir por las abandonadas pistas de Geneve Basin con sus pieles de foca en los esquís. Media hora mas tarde ya estaba en la parte superior de la estación donde hay una vieja caseta donde se refugiaban los Ski Patrol y los actuales aficionados al esquí de travesía se refugian en los días mas fríos. Bronski decidió llamar 'Pueblos Fantasmas' a su libro porque al igual que los pueblos mineros de oro y plata, estas estaciones están abandonadas en remotos valles.
Sin embargo este nombre tiene un especial significado en Geneve Basin, la primera estación cerrada que visitó. Resulta que en los primeros días en que se abrieron las instalaciones, un trabajador llamado Eddie Guanella, fue decapitado mientras preparaba los cables del remonte. Antiguos operarios han afirmado a Bronski que el espíritu de "Ed the Head" en forma de cuerpo sin cabeza, camina por el bosque cercano a la caseta de los Ski Patrol.
Aquello le marcó y decidió honrar a Eddie con su libro.
*En nuestro país existe un proyecto parecido, realizado por Rafa: Miniestaciones. Allí se ha hecho un recopilatorio de las estaciones cerradas en nuestro país.