Pese a contar con espesores de nieve que superan holgadamente los dos metros de nieve y más de la mitad del dominio esquiable abierto, apenas 750 esquiadores se presentaron ayer sábado en Boi Taüll, la única estación de esquí abierta en Lleida, y una de las cuatro que tan solo se mantienen abierta en todo el Pirineo.
Ni la falta de competencia ni la mucha nieve permitió a Boí Taull llenar sus pistas, lo que demuestra un año más que pasada la Semana Santa y a medida que las temperaturas se ponen en modo verano en las grandes poblaciones, la gente se olvida del esquí para empezar a pensar en otras ofertas de ocio.
Aún así la jornada fue excelente para los pocos esquiadores que ayer sábado estuvieron en Boí Taull, que se encontraron unas pistas de esquí tranquilas, sin colas y una meteorología muy agradable que incluso permitió tomar los primeros baños de sol en las terrazas.
Hoy domingo se han vuelto a abrir los 24 kilómetros esquiables de ayer, con espesores que alcanzan los 230 cm en algunos puntos, y un mínimo de 1 metro en la zona baja de pistas. Las temperaturas se esperan similares a la de este sábado, que según apunta el diari Segre de Lleida escalaron hasta los 26 grados en La Vall de Boí, 26,2 en El Pont de Suert o 15ºc en Barruera.
Boí Taull despedirá definitivamente este domingo su temporada de esquí, mientras prepara junto al resto de la Vall de Boí la de verano, cuando es Barruera la que se convierte en el epicentro del turismo. El senderismo en el Parc Nacional de Aiguestortes, las bicicletas de montaña y eléctricas, así como la gastronomía y la cultura, se convierten en los atractivos principales de estas montañas.