Con una población de apenas 5 millones de habitantes, y un cuarta parte de ellos viviendo al norte del país donde las temperaturas son más cálidas, en Nueva Zelanda el esquí que se ha desarrollado está enfocado principalmente al turista extranjero. Aunque cuenta con un buen número de estaciones, la mayoría tienen instalaciones muy sencillas.
En la isla norte, con una climatología algo más benigna, se pudieron desarrollar algunas estaciones a las faldas del antiguo volcán Ruapehu, con una altura máxima que alcanza casi los 2.800 metros. A sus pies encontramos por orden de tamaño de mayor a menor, a Whakapapa, Turoa y Tukino. Más al este y bastante alejadas de este trío, está Manganui que abre intermitentemente: si cae nieve se ponen en marcha y en cuanto las pistas se vuelven verdes lo paran todo hasta la siguiente nevada.
La mayor cantidad de población de la isla norte está en Auckland. En su área metropolitana se juntan aproximadamente 1,5 millones de almas, y a muchas de ellas les gusta el esquí. Pero para ir hasta las estaciones de Ruapehu se han de hacer un largo viaje en coche de casi cinco horas. Whakapapa es la que presenta mejor oferta. Un montón de pistas variadas para todo tipo de esquiador y unas instalaciones digitalizadas, cuenta con unos 45 kilómetros esquiables como máximo.
Su hermana Turoa está en otra parte del extinto volcán y ambas estaciones de esquí estuvieron gestionadas durante nada menos que 70 años por la misma empresa, Ruapehu Alpine Lifts (RAL). Con otros 30 km de pistas, el forfait conjunto ofrece una buena oferta de pistas, aunque separadas por una hora de carretera aproximadamente.
La nieve tampoco está tan garantizada como en la isla sur, así que muchos residentes del norte, puesto a pegarse cinco horas de coche para ir a esquiar, se van a las estaciones del sur, donde allí además se juntan con los australianos, que son los que mantienen en gran parte el sector de la industria de la nieve alrededor de Queenstown, donde ya encontramos instalaciones más importantes como Remarkables, Coronet Peak o Cardrona Alpine Resort. Muchas de ellas nos sonarán porque es donde entrenan muchas selecciones de Copa del Mundo de esquí alpino o la rider catalana de la RFEDI Queralt Castellet.
Volviendo a la isla norte, las dos estaciones de Ruapehu Alpine Lifts (RAL) entraron en quiebra. El Gobierno neozelandés concedió a la empresa unos 20 millones NZD en ayudas, pero después de que no las pudieron devolver, decidieron tirar la toalla. Ahora tras algunas negociaciones, una empresa bautizada como Pure Tūroa Limited y formada por empresarios locales, ha decidido quedarse con la mas pequeña, aunque con algunas condiciones.
Entre ellas que solo se quedan con esta estación y no con Whakapapa, que volverá a abrir este año gestionada por la empresa en quiebra. Turoa además perderá una pequeña parte de sus 30 km esquiables, ya que se ha decidido que no se pondrá en marcha el telesilla Nga Wai Heke, un cuatro plazas que da acceso a la parte este del complejo invernal, donde se encuentran las pistas más apreciadas por los expertos, entre ellas 'The Triangle', que al parecer es una de las negras favoritas de Nueva Zelanda. No obstante esta zona si será controlada y patrullada. Pero quien se meta, luego deberá volver por itinerarios.
Y es precisamente esta razón, y en un contexto de 'economía de guerra' en la que se busca ahorrar al máximo, que se ha decidido prescindir de este remonte, porque según los cálculos de la empresa, tan solo lo usaban un 15% de los esquiadores que visitan Turoa durante la temporada de esquí.
Otra de las decisiones es revocar una medida que tomó RAL y que le impidió una buena entrada de dinero. Para lograr capital para mejoras y pagar deudas, a los antiguos gestores no se les ocurrió otra cosa que vender Forfait de Temporada Vitalicios. Es decir, se pagaba una vez y se esquiaba ya gratis el resto de sus vidas. Este pase lo tenían nada menos que ¡14.000 personas!. Cada uno de ellos pagó uno 3.900 dólares por esos pases.
Los de Pure Tūroa Limited ya han dicho que no pueden respetar ese acuerdo, y que aprovechando que es otra empresa, revocan el acuerdo.
A cambio a todos estos titulares de Forfaits de Temporada Vitalicios se les da la oportunidad de comprar un pase anual para tres años a un precio ventajoso de 999 NZD. No obstante como RAL llevaba vendiendo estos accesos hace tantos años, no se sabe cuántos de ellos todavía seguían viniendo a esquiar cada invierno.
Por delante les queda no obstante otras cuestiones, como la renovación del telesilla Giant Life, que está llegando al fin de su vida útil.
De todas maneras buenas noticias para los esquiadores de la isla norte de Nueva Zelanda que prefieren llegar en coche a las estaciones de esquí.
