La estación de esquí de Kreischberg reclama el título de Gigante de esquí más largo del mundo, superando a La Gardeníssima, que es quién afirma tener ese honor.
Disputada el pasado sábado 22 de marzo, el Gigante de esquí de Kreischberg contó con 666 participantes, el máximo disponible. Son 111 más que el año pasado, gracias a que la estación puso en marcha algunos remontes a las 06h de la mañana para los primeros participantes, que tenían el dorsal de salida en función del orden de inscripción.
En total, 111 participantes tenían derecho a tomar el telecabina Kreischberg a las 06h de la mañana, una hora y media antes de la apertura oficial de los remontes de la estación de esquí austriaca.
La Derkreischberg se ideó en 2019 para estrenarla en 2020. Lamentablemente llegó el COVID, cerró las estaciones de esquí y limitó mucho los viajes de turismo en 2021. Así que no fue hasta 2022 cuando se pudo estrenar. Primero con 444 participantes. ¿Por qué ese número? Pues por poner uno, según sus organizadores.
Las inscripciones volaron, así que al año siguiente en 2023 se abrió el cupo hasta los 555. Y de nuevo se agotaron a las pocas horas. Así que para este 2024 se subió de nuevo el número de participantes, aunque para ello se tuvo que acordar abrir antes los remontes, para que no se encontrara con que el último o última en salir, lo hiciera ya demasiado tarde.
La carrera de este año, trazada de nuevo entre las pistas Rosenkranzhöhe - Eagle ha sido un éxito de nuevo. ¿Quizás el año que viene se atreverán a subir a 777 abriendo a las 05h de la mañana?
Mientras se lo piensan, los organizadores han hecho balance de la Derkreischberg 2024, y han salido encantados. Y es que más de 900 personas se congregaron para ver a los participantes. Muchos de los que bajaban lo hacían disfrazados o en grupo. El ganador invirtió 8 minutos en sortear las 250 puestas a lo largo de los 6,7 kilómetros de longitud que tiene este Slalom Gigante. La ganadora en 9 minutos y medio.
La inscripción costaba 35 euros, 15 5 menos que el forfait de 1 día, e incluía el acceso a remontes el resto de la jornada, un desayuno y mucha música a pie de pista.
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Algunos se lo tomaron en serio, bajando con mono de competición. Otros iban disfrazados, los hay que en grupo y los que decidieron hacerlo con alternativas al esquí.
