Los poco más de 7.000 habitantes de Mammoth Lakes (norte de California), esperan cada otoño la llegada temprana de las nevadas, lo que representa no solo la reactivación de su economía, muy ligada a la estación de esquí de Mammoth Mountain, sino que el invierno será bueno y previsiblemente largo.
Allí están acostumbrados a los inviernos con mucha nieve. De hecho suelen aparecer en los medios de comunicación gracias a sus grandes nevadas. Incluso porque la temporada de esquí se alarga hasta varias semanas de la primavera y, con suerte, algunos años incluso entrando en el verano, hasta el 4 de julio, día nacional de los Estados Unidos de América, y por tanto festivo en el país.
Así que cuando leemos que la preocupación y el miedo se apoderan de Mammoth Lakes, es que tiene que haber nevado muchísimo.
Cuenta el diario Los Angeles Times esta semana, que allí los edificios crujen y se resquebrajan bajo la presión de la nieve acumulada. La amenaza de derrumbe en algunas de estas casas es tan evidente, que sus ocupantes han tenido que hacer las maletas e irse a otro lado con la esperanza de que el deshielo llegue antes que la caida de los techos.
Son los más afortunados, porque a otros se les quemó la casa después de que el peso de la nieve aplastara las tuberías de gas provocando su explosión. Una residente explicaba al diario que
"Tenemos miedo. Podemos morir de varias maneras aqui un día cualquiera. ¿Será el derrumbe de un tejado? ¿La explosión de una línea de propano? ¿La caída de líneas de transmisión eléctrica?. ¿Aplastado por la nieve que cayó un techo?"
La nieve presiona las tuberías y provoca explosiones de gas
Para una comunidad cuyo sustento económico ha dependido durante mucho tiempo de la nieve polvo esquiable, un invierno de nevadas récord ha transformado de repente la materia blanca en una fuerza opresiva y ocupante.
Mientras las autoridades estatales advierten a los californianos de que el deshielo será peligroso en los próximos meses, Mammoth Lakes sigue abrumado por la nieve. En algunos puntos de la ciudad alcanza los 9 metros de profundidad. Empresas con personal y palas han llegado a la ciudad para desenterrar negocios y viviendas, pero les exigen mucho dinero por ese trabajo a sabiendas que el tiempo corre para estos propietarios.
Ante esta situación, los residentes han criticado a las autoridades municipales por lo que consideran una lamentable falta de preparación para el desastre de nieve de este año. Y las autoridades municipales han solicitado la ayuda de la Guardia Nacional de California.
El gas propano que sale de las tuberías enterradas bajo la nieve ya ha provocado dos explosiones. Una de ellas arrasó un edificio e hirió a cinco personas a finales de marzo. La otra arrasó una casa de vacaciones valorada en varios millones de dólares. En ese momento no había nadie pero desencadenando una avalancha de nieve medio derretida que golpeó un complejo de condominios cercano y llegó cerca de un remonte de la estación de esquí.
El personal de Mammoth, acostumbrado a limpiar la nieve, ya la había retirado de ese telesilla poco antes de abrir la estación.
El Ayuntamiento ya ha advertido a los residentes de que habrá más explosiones de este tipo durante estas semanas.
El 3 de marzo se declaró el estado de emergencia en esta localidad para los 7.500 habitantes que residen todo el año, y se proporcionó ayuda de organismos como la Oficina de Servicios de Emergencia de California. Ahora, las máquinas quitanieves luchan contra la profunda capa de nieve dura conocida como "hormigón de la Sierra" para mantener las carreteras abiertas a los equipos de emergencia y al millón de turistas que se lanzan a las pistas de esquí de Mammoth Mountain cada invierno.
Una industria creada a partir de la retirada de nieve
Desde principios de año, la retirada de la nieve ha supuesto un problema recurrente, además de crear su propia industria en crecimiento.
Limpieza de nieve
Los servicios de retirada de nieve, que cuestan hasta 20.000 dólares, han obligado a los propietarios a retirar los ahorros de toda una vida, pedir cuantiosos préstamos o dejar solo el manto de nieve de hasta 6 metros de espesor con la esperanza de cobrar el seguro en caso de grandes pérdidas materiales. Un vecino explicaba a Los Angeles Times, que pagó 11.400 dólares a una cuadrilla por 10 días de trabajo y luego volvieron las nevadas. Tuvo que volver a contratarlos.
La retirada de la nieve se convirtió en un problema por primera vez en enero, cuando una serie de potentes ríos atmosféricos empezaron a azotar el estado. Fue entonces cuando el Servicio Forestal de EE.UU. declaró fuera de servicio un pozo donde se tira la nieve y que la ciudad ha estado usando durante años. El organismo declaró que la ciudad debía realizar un análisis de impacto ambiental antes de seguir vertiendo nieve en la propiedad federal.
Para hacer frente a los crecientes niveles de nieve, los funcionarios municipales alquilaron una propiedad a otro terrateniente, pero ese lugar se convirtió en un atasco perpetuo, ya que una caravana de camiones que transportaban la nieve se encontraban parados a lo largo de una carretera de acceso de un solo carril que era demasiado estrecha para dar la vuelta. Y los conductores cobran mucho por cada hora de trabajo, aunque estén parados.
En febrero rogaron al Servicio Forestal que les devolvieran el permiso. Se lo concedieron.
Camiones cargados de nieve que luego descargan fuera del pueblo
Ingenieros
Funcionarios del estado hacen inspecciones rutinarias. Cuando ven una vivienda que corre peligro por la nieve, la marcan en rojo, la consideran insegura y obligan a evacuarla. Solo personal autorizado puede entrar hasta nuevo aviso. 67 familias se encuentran en esta situación de momento. Cuando una puerta es marcada en rojo, apenas les dan 20 minutos para salir. Algunas de estas personas tienen bajos ingresos, lo que les causa un grave problema porque no tienen donde ir.
Además de buscarse un alojamiento de alquiler inmediatamente en una ciudad tan volcada al turista (y con precios altísimos en invierno), el propietario de la vivienda marcada en rojo debe buscarse y costear a un arquitecto o ingeniero que evalúe el riesgo y en caso necesario iniciar las tareas de reparación para poder volver a su casa.
Pero pocos ingenieros quieren dedicar su tiempo a evaluar daños estructurales por la nieve en viviendas asequibles. La mayoría de ellos por no decir todos, están ocupados en diseñar las nuevas mansiones que se están construyendo en el pueblo. Así que esta situación no ha hecho más que exacerbar los ánimos de unos habitantes que se quejan de unos precios de la vivienda cada vez más caros y de unos servicios enfocados a los nuevos ricos que apenas pasan unas semanas en Mammoth Lake, las que están esquiando.
El aumento de las inversiones en propiedades de lujo durante la pandemia del COVID-19 disparó los impuestos sobre la propiedad y contribuyó a asegurar el futuro económico de esta pequeña ciudad, que pese a tener solo poco más de 7.000 habitantes, cuenta con un presupuesto anual de 27 millones de dólares.
Las viviendas están literalmente enterradas en nieve. Algunas acaban cediendo
El deshielo podría ser peor
El deshielo en estas montañas de la Sierra Nevada de California, suele durar unos dos meses. Hay años que va más rápido. Con casi 10 metros de espesor en algunos puntos de la montaña, el temor ahora está en la fusión de todas esas miles de toneladas de nieve que se convertirán en grandes ríos sin control cuyas aguas buscarán trazados que probablemente estén ocupados por viviendas porque por allí nunca había discurrido tanta agua y por tanto no se consideraba un peligro construir.
Este próximo fin de semana la previsión es que el termómetro ya alcance los 17º C, lo que observa con temor y precaución. No hay un sistema o preparación para contener un agua que no se sabe exactamente por donde bajará y que inundará carreteras y desbordará el servicio de alcantarillado.
De momento se han traído mas de 7.500 sacos de arena para empezar a desplegar donde sea. También están llegando refuerzos de CalTrans (Carretera de California) y del Servicio de Emergencias de los Estados Unidos. Pero la sensación general es que los funcionarios municipales no están preparados para manejar esta situación y que se les va a desbordar.
Desde el Ayuntamiento están de acuerdo en esto y han pedido ayuda a la Guardia Nacional para limpiar la nieve y reparar las conexiones de gas propano, pero sus peticiones han sido rechazadas, "nos han dejado a nuestra suerte",
El diario Los Angeles Times asegura que llamaron a la Guardia Nacional y que les dijeron que no tienen constancia de que les hayan pedido ayuda. Y que en todo caso, algo así requiere de semanas de preparación y se usa como último recurso.
Mientras se espera la llegada de las aguas del deshielo, los vecinos y propietarios de negocios se han organizado como han podido. Ataviados con botas de agua, 'sopladores de nieve' y palas, están limpiando la nieve. La cargan en camiones y tratan de sacarla de las calles de Mammoth Lake para que las riadas puedan fluir y reducir los atascos que inunden viviendas o locales.
Palas, sopladores de nieve y mucha coordinación entre vecinos para retirar la nieve antes de la llegada de las aguas del deshielo