Todo aquel que haya ido a las estación de esquí de Cerler este invierno, habrá visto las obras que se están realizando en el Congosto de Ventamillo. Se trata de una carretera que en días punta suele registrar retenciones, especialmente cuando dos vehículos pesados conciden en sentido contrario. La amplitud de la calzada hace difícil en muchos casos el cruce entre autocares o camiones, lo que obliga a aminorar mucho la marcha, o incluso detenerla para facilitar la circulación.
Las obras que este invierno se han ido ralentizando para evitar la circulación durante la temporada de esqui, ponen de nuevo la directa para aprovechar al máximo estas semanas entre esta campaña y la del turismo de verano.
El cruce entre vehículos pesados es complicado en algunos puntos
Esto ha obligado a cortar totalmente la carretera entre Seira y Campo desde el pasado jueves 21 de abril a las 00h, hasta una fecha de momento no determinada, pero que será dentro de unas semanas. Esto creará incomodidad, especialmente entre los vecinos, ya que son semanas de poca actividad turística. De hecho se ha querido esperar al fin de la Semana Santa, y reanudar rápidamente para que no coincida en época estival.
Las obras consisten en la ampliación de la plataforma de la carretera N-260 desde los 5,5 metros actuales hasta los 8, minimizando la ocupación y el impacto en las zonas más conflictivas que discurren junto al río Ésera mediante la construcción de voladizos apoyados y anclados a la roca, con lo que se facilitará el cruce de dos vehículos pesados o autobuses.
El proyecto, presupuestado en más de 40 millones de euros, incluye la ejecución de dos túneles de 265 y 540 metros de longitud respectivamente.
Todo el acondicionamiento se ha diseñado prestando especial atención a los condicionantes medioambientales y de tal modo que las afecciones a los usuarios durante la ejecución de las obras sean las menores posibles