En algunos países de Europa como Alemania o Austria se está empezando a llamar como "la pandemia de los no vacunados" a este nuevo incremento de positivos en COVID. El coste de mantener con vida a los que acaban en la UCI es altísimo comparado con lo que cuesta la doble pauta. Por eso, muchos Gobiernos están apretando las tuercas a los que se niegan a vacunarse.
En Austria el martes pasado se anunciaba que a partir de este lunes día 8 de noviembre se empezaría a aplicar la regla 2-G (geimpft-vacunado, genesen-recuperado) en todo el país. Es decir, que solo los vacunados o recuperados podrían acceder a los locales de interior. Pero se dejaba la puerta abierta a que en algunos locales como peluquerías, hoteles, restaurantes e instalaciones de exterior como terrazas o estaciones de esquí, los propietarios permitieran el acceso a los no vacunados si mostraban un test negativo de COVID.
Pero los positivos e ingresos en la UCI están subiendo tanto, que ayer el nuev canciller de Austria, Alexander Schallenberg, anunció en una rueda de prensa que la regla 2-G se aplicaba hasta para entrar en una peluqueria. Aquel que no esté vacunado, tendrá que cortarse el pelo en casa o hacerse hippy. Tampoco puede entrar a comprar en tiendas, sentarse a comer en un restaurante, aunque sea en una fría terraza de invierno austriaco, ni, en el caso de las estaciones de esquí, subirse a un remonte.
El Gobierno austriaco espera de esta manera que la gente que se nieva a vacunarse, lo haga de una vez.... y funciona!. Fue salir este señor en la tele anunciando que apretaba las tuercas, y llenarse los centros de vacunación. Se han vuelto a ver largas colas en estos puntos. En el estado de Salzburgo, 1.400 personas fueron vacunadas solo el sábado. Anteriormente, la media era de... ¡2.000 por semana!.
Y es que en Austria tan solo hay un 68% de vacunados contra el COVID. Esto significa que aún quedan cientos de miles de personas sin protección alguna al Coronavirus. El sábado se detectaron 9.943 nuevos positivos, superando el del 13 de noviembre de 2020, hasta ahora el peor día, cuando se registraron 9.586 casos. Actualmente se están detectando una media 7.148 contagiados diarios, más del doble que en España, donde tenemos cinco veces más de población.
"Otro gran problema es que hay unos 3.000 trabajadores con la vacuna rusa Sputnik V, porque vienen de otros países, pero esta marca no está aprobada en Austria (ni en la Unión Europea)"
La situación es tan grave, que algunos virólogos en Austria piden un confinamiento estricto de dos semanas para detener la ola que se les viene. Pero el Gobierno espera que aplicando la regla 2-G estrictamente, pueda controlarse la situación, y sobre todo, parar la sangria que supone los ingresos en la UCI.
No obstante ya avisan que esto no será de un día para otro, y que en Navidad y Año Nuevo todavía se mantendrá el 2-G. Eso si, los que estén vacunados podrán hacer una vida normal. Con mascarilla, pero podrán esquiar, salir a comer al restaurante, alojarse en hoteles, comprar en las tiendas y... cortarse el pelo.