La DGA está dispuesta a gestionar la estación de esquí de Candanchú a través de la sociedad semipública Aramón. Es una fórmula que ya se hizo hace casi 10 años. La propiedad del centro invernal parece estar de acuerdo, pero el Gobierno aragonés pide como condición, que los costes de apertura los asuma ETUKSA, la empresa propietaria de Candanchú, de la que Ibernieve tiene el 75% de las acciones.
Pero Ibernieve asegura que la actual situación de pandemia impide saber que pasará la próxima temporada de esquí, y por tanto no quiere poner un euro para abrir la estación, al estimar que sigue habiendo un riesgo.
Ante esta situación, la DGA les ha propuesto una alternativa, y es quedarse con todos los activos de la estación de esquí de Candanchú, pero aquí el problema está en las deudas. Y es que la ley no permite que las administraciones públicas, ni la autonómica ni la local, puedan rescatar a empresas privadas endeudadas.
Según el Gobierno aragonés, la situación de Candanchú es muy crítica derivada de tres razones principales:
- No se ha logrado eliminar la deuda de la última década
- Una notable ausencia de inversiones relevantes
- Cero ingresos la pasada temporada por el cierre, que se agravaría si no se vuelve a abrir
A partir de ahora queda aproximadamente algo más de un mes y medio para que ambas partes acercen posturas y de tiempo para que Aramon prepare las instalaciones para ponerse en marcha de cara al Puente de la Inmaculada, que es cuando tradicionalmente se da el pistoletazo de salida a la campaña de invierno.