Se acaba de esta manera la incertidumbre que en los últimos años había rodeado a Boí Taull en cuanto se acercaba el inicio de la temporada de esquí, cuando los trabajadores y empresarios de la comarca no sabían si iba a abrir el que es considerado como principal activo económico de la Alta Ribagorça.
La estación fue comprada por la Generalitat en 2014 tras asumir un crédito que el entonces propietario, la inmobiliaria Nozar, tenía con con el Institut Català de Finances (ICF) por un importe de 7,3 millones de euros. La gestión no obstante se dejó que continuara en manos de la misma empresa, hasta que pocas semanas antes del inicio de la temporada de esquí en 2018, decidió rescindir el contrato. De esta manera la Generalitat tuvo que hacerse cargo con urgencia del complejo invernal.
El año que viene, en 2021, cumplirá 30 años desde su fundación en 1991.