Kvitfjell se construyó expresamente para los Juegos Olímpicos de Lillehammer'94, los últimos que se organizaron en una pequeña localidad. A partir de entonces las siguientes ediciones han tenido sede en grandes poblaciones y con presupuestos millonarios. También es una parada habitual del circuito de la Copa del Mundo, donde acoge pruebas de velocidad masculina desde 1993.
A finales del mes de marzo tuvieron que cerrar la temporada a causa de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus. Pero entre varios trabajadores, acumularon parte de la mucha nieve que queda en pista y la almacenaron bajo grandes lonas. Lo que se denomina como snow-farming, una técnica ancestral que, si hace dos mil años se usaba para guardar hielo para el verano, actualmente se ha desarrollado para que las estaciones de esquí tengan nieve en cuanto llega el otoño. Entonces la esparcen por alguna pista y pueden dar el pistoletazo de salida a la temporada de deportes de invierno.
Por allí no ha caído la cantidad de nieve que nos ha caído en el Pirineo o que han visto en los Alpes, per las montañas se han podido bastante blancas.
En total han esparcido 70.000 m3 de nieve de la primavera. Prácticamente toda las que habían acumulado. Con los tejidos actuales para las lonas, la pérdida de nieve es muy baja, apenas el 10%. Al menos en esas latitudes. Es suficiente para poder cubrir una pista para poder hacer entrenamientos de Slálom Gigante.
De momento el trazado está reservado solamente a clubs para el entrenamiento y los que ya tengan el pase de temporada, ya que el terreno todavía es limitado. A medida que vaya cubriéndose de nieve se irá ampliando la oferta y se abrirá la venta de pases.
La campaña oficialmente está programada para abrirse el 7 de noviembre. Para entonces si no ha caído nieve suficiente, sí habrá habido condiciones para fabricar nieve. El 80% de sus pistas está cubierta con cañones de nieve artificial.