En febrero y marzo, el virus encontró un caldo de cultivo en los bares apres-ski llenos de gente. Cuando la primera persona en Ischgl dio positivo el 7 de marzo, cientos de turistas extranjeros de toda Europa ya habían sido infectados en las calles de la estación, y regresaron a sus casas sin ningún control previo.
Ischgl y el valle de Paznaun, así como otro complejo invernal, el de St Anton am Arlberg, fueron puestos en cuarentena el 13 de marzo. Pocos días después también se puso en confinamiento a Soelden. Las tres poblaciones han estado aisladas desde entonces.
El gobierno conservador de la provincia del Tirol ha reconocido que se cometieron errores. El Primer Ministro de Austria ha prometido una investigación una vez acabe la situación de emergencia en el país. El alcalde de Ischgl por su parte aseguró que las autoridades actuaron poco después de que se detectara el primer caso positivo el día 7 de marzo.
El gobierno del Tirol dijo a principios de este mes que después de una serie de test y pruebas en los tres complejos invernales, que "no tenía otra opción" que extender las cuarentenas dos semanas más, hasta el 26 de abril porque el virus aún estaba muy presente. Aproximadamente el 19% de las pruebas que se realizaron en en Ischgl y el 13% de las de Saint Anton dieron fue positivo. El gobernador del Tirol aseguró este martes que,
"en los últimos 12 días solo hubo 10 nuevos positivos en todo el Valle de Paznaun, St. Anton y Soelden. Por esa razón, después de consultar con los expertos médicos, ya no es justificable mantener estas áreas aisladas más allá de los cierres marcados por el Gobierno"
Las cuarentenas se levantarán este jueves, tres días antes de lo anunciado previamente.El gobierno del Tirol ha sido ampliamente acusado de gestionar mal la crisis del coronavirus en Ischgl y Saint Antón am Arlberg, en parte porque cuando se impuso las cuarentenas en estas dos localidades, se permitió que los turistas extranjeros se marchasen propagando aún más el virus por otros países.
Islandia incluyó el 5 de marzo a Ischgl en su lista de zonas de riesgo por coronavirus cuando un grupo de esquiadores aterrizó en el aeropuerto de la capital con síntomas de COVID-19 después de una estancia en la localidad austriaca. Entonces el gobierno del Tirol emitió un comunicado asegurando que probablemente se habrían infectado en el vuelo de regreso donde coincidieron con dos italianos. Tuvieron que pasar 4 días y tras descubrir que los italianos dieron negativo en el test para que se cerrase solamente un bar que se suponía era el foco del brote.
A pesar de la cadena de errores, a Austria le ha ido relativamente bien en la pandemia, reportando solo 510 fallecidos hasta ahora y 1.600 casos cada millón de habitantes, bastantes menos de lo que muchos países más grandes sufren diariamente. Las infecciones confirmadas han aumentado en menos del 2% por día y el país ha comenzado a aflojar su confinamiento. Han reabierto miles de comercios de menos de 400 metros cuadrados, las peluquerías y centros comerciales lo harán el 1 de mayo, y cafés, restaurantes e iglesias, el 15. Para finales de ese mes el país ya tiene que estar haciendo una vida normal con algunas medidas de higiene especiales.