La Pierre de Saint Martin por ejemplo vendió en 2014 220 de las 243 sillas en 'forma de gota de agua' de unos de sus remontes. Cada una a un precio simbólico de 50 euros. Poco dinero en total, pero se ahorraron tener que contratar a alguien que se las llevase!.
Pero si hay algo que es objeto de deseo por todo tipo de persona son las cabinas. En 2016 Kitzbuehel vendió todas las del Fleckalmbahn, conocidas porque tenían pintada una bandera de muchos países del mundo. Las de España y Andorra también fueron adquiridas por un anónimo comprador. Zermatt en Suiza vendió en tan solo 5 días las 50 cabinas del Gant-Blauherd a 455 euros la unidad.
Ejemplos hay muchos. Pero ¿y luego qué? Pues la mayoría de las sillas acaban como decoración en algún jardín. También es frecuente verlas en las tiendas de material de esqui. En Madrid Patrick Sports tiene un par en su zona de venta y en Esports l'Iglú de Barcelona tienen incluso una vieja cabina de Courchevel. Google en Zurich ha ido más allá y tiene varias como pequeñas cubículos para reuniones en sus oficinas de Zurich.
En Les Angles no han querido ser menos, así que cuando el verano pasado renovó las 33 cabinas del Les Pélerins por otras mucho más modernas y cómodas, las viejas las vendieron. Ocho de ellas se las quedó uno de los restaurantes de la estación, el Le Chalet Rest'O.
Se trata de un restaurante de altitud, situado a 2.108 metros de altitud, a pocos metros del telecabina, pero al que no se puede acceder más que con este remonte. El mismo que durante todos estos años han usado para subir todos los productos a la estación, desde las bebidas a las carnes o incluso el mismo personal para poder empezar a trabajar.
Un telecabina por tanto que ha colaborado mucho para que el Rest'O tenga el éxito que tiene hoy. Así que sus propietarios han querido rendir el mejor homenaje al Les Pélerins. Se ha quedó 8 de sus cabinas y después de restaurarlas e incluso decorar alguna de ellas, las ha colocado en un lugar exclusivo junto a su local. Dentro han colocado una mesa para que quien quiera pueda comer mientras disfruta de unas maravillosas vistas.
Lamentablemente el cierre prematuro de la temporada por el coronavirus impedirá que quien no las haya visto pueda echarles un vistazo, pero puedes esperar a este verano, o ya para la próxima temporada de esquí. Su uso es gratuito. Si está libre, entras y comes dentro.