El ideal del organismo internacional es que esos Juegos sean sostenibles, factibles y rentables y al mismo tiempo se alineen con los objetivos locales, regionales y nacionales en el desarrollo de la ciudad ganadora de dicha candidatura.
El COI estableció una nueva “Etapa de Diálogo”, que comprende de octubre de 2017 a octubre de 2018, durante la cual no hay ningún compromiso entre las partes y sí una colaboración del organismo con las ciudades interesadas para evaluar los beneficios y requisitos con la sede.
Ninguna ciudad interesada está obligada a presentar propuestas y garantías formales, ni presentaciones ante el COI ni el Movimiento Olímpico. En cambio el organismo internacional enviará y costeará un equipo de expertos técnicos para ayudar a desarrollar su candidatura.
La “Etapa de Candidatura”, programada de octubre de 2018 a septiembre de 2019, comprende procedimientos simplificados que permitirán a las ciudades seleccionadas para esta etapa trabajar estrechamente con el COI, para garantizar la mejor entrega de la sede con base a planes y legado a largo plazo.
En enero de 2019 podrá entregar cada ciudad un único expediente, con preguntas y respuestas disminuidas en una tercera parte en relación al anterior cuaderno de cargos. En julio de 2018 publicará el COI el contrato de la ciudad anfitriona de los Juegos de Invierno 2026 e incluirá una contribución del organismo internacional que se sumará a los 925 millones de dólares procedentes de los derechos de televisión y de mercadotecnia, que garantiza el éxito de la justa deportiva.
Pero solo un día después la curva comenzó a remontar con la reelección de Naheed Nenshi como alcalde de Calgary. En la ciudad canadiense, que ya fue sede olímpica en 1988, el equipo del mismo alcalde aprobó el pasado agosto, por 9 votos a 4, estudiar una nueva candidatura para 2026. La continuidad de Nenshi en el cargo indica que el proyecto sigue sobre la mesa.
El regidor ha condicionado los planes a que sean económicamente sensatos. Un estudio encargado por el ayuntamiento concluyó que los Juegos requerirían una inversión pública de 2.000 millones de dólares canadienses (1.600 millones de dólares estadounidenses). Según un sondeo interno, dos tercios de los habitantes de Calgary y alrededores apoyarían un proyecto olímpico.
Otra ciuda que podría optar a los Juegos es Salt Lake City, quien los organizó en 2002, pero la elección de Los Angeles como candidata ganadora para organizar la edición de verano de 2028. Por eso probablemente aplacen las intenciones para 2030.
Hamburgo y Múnich (Alemania), Cracovia (Polonia) y Berna y Davos (Suiza) son algunas de las ciudades que han rechazado recientemente en referéndum candidaturas olímpicas. En Oslo, Estocolmo, Roma y Budapest quienes cerraron la puerta a los proyectos fueron sus gobiernos, ayuntamientos o parlamentos.
La sede de los Juegos de Invierno de 2026 se decidirá en Milán en septiembre de 2019.