Ya en 2012 el Gobierno publicó la guía de Integración paisajística de las estaciones de esquí de Andorra, con una serie de recomendaciones y aspectos a mejorar, los cuales ahora quedarán plasmados en el nuevo convenio. En líneas generales, se quiere actuar en aspectos que hacen referencia a la gestión del territorio, la modificación de la topografía, los accesos y aparcamientos, las infraestructuras técnicas, la gestión de la fabricación de la nieve artificial, la vegetación o los equipamientos y servicios .
Canales ha ejemplificado actuaciones que ya se están aplicando como la utilización de carburantes AdBlue que contaminan menos para sus artilugios mecánicos. También intentan rentabilizar al máximo la producción de nieve "para gastar menos", hacen construcciones sostenibles que funcionen, por ejemplo, con geotermia, o siguen la normativa ISO 14001 en cuanto a la gestión de la restauración y escuela de esquí (en términos de reciclaje, por ejemplo).
Canales expuso que las estaciones tienen "un montón de obligaciones" medioambientales que ahora quedarán bien plasmadas en el convenio. De estas, hay que ser muy cuidadosos con el respeto por el paisaje y la vegetación autóctona. La protección de las zonas de turberas, que no se pueden tocar, es uno de los puntos que quedarán contemplados, así como una serie de parámetros a tener en cuenta si se quiere hacer una obra nueva. En cuanto a la vegetación, de entre las actuaciones que ya se llevan a cabo en SAETDE, este verano se plantarán 15.000 kilos de abono y 5.000 kilos de semillas "para resembrar el que se ha estropeado durante el invierno" . También plantan árboles y flora "en función de las plantas autóctonas" de la zona y en base a las recomendaciones de Medio Ambiente.
En cuanto a la jornada de la semana pasada, una cincuentena de trabajadores de pistas y de oficinas de Saetde se reunieron para peinar las pistas del sector, desde el Funicamp hasta el Pas de la Casa. En grupos de diez, acompañados de vehículos y un camión para acumular todo lo que iban recogiendo, llenaron cinco contenedores: uno con 580 kilos de madera; uno con 400 kilos de plástico; uno con 440 kilos de residuos varios; uno con 340 kilos de chatarra y, finalmente, uno más grande que el resto con 660 kilos de madera. El elevado volumen de madera se debe sobre todo a las barandillas separadoras de pistas, que ya no se pueden reutilizar. Todo lo que recogieron lo quedó una empresa para hacer la posterior gestión del reciclaje.
De entre todo lo que sacaron de las pistas, y como elementos curiosos, Canales explicó que encontraron chupetes, pañales e incluso un trozo de puerta esquís. Aunque lo que más recogen son colillas de cigarrillos. En volumen, fue algo superior al que se consiguió la jornada del año pasado.
Finalmente, la directora de operaciones de Grandvalira-SAETDE ha explicado que quieren repetir esta jornada, pero ahora con escolares de la parroquia. Se hablará con los centros escolares para celebrarla a finales de septiembre y debe servir para concienciar a los niños de la larga duración de vida que tienen los residuos que tiran en la montaña. "Que vean cuánto tiempo necesitan para degradarse", añadió.
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