Nevó el pasado fin de semana, pero la cantidad no llegó para abrir más que 800 metros de superficie esquiable. Es nieve suficiente para dar las clases de iniciación a escolares, pero no sirve para atraer a los deportistas. «Pasar un buen parte de nieve sería un engaño», asegura Samartín. Eso fue ayer. Para hoy, después de una jornada de lluvias, la previsión es que no haya siquiera esa superficie esquiable. Desde la gerencia anuncian que abrirán el telesilla para uso turístico si es posible, pero salvo cambios no esperados para esta noche que ha pasado -y que todavía estaba por venir al cierre de esta edición- hoy no habrá nieve. Ni para esquiar ni para que los trabajadores puedan ir preparándola de cara a una posible reapertura.
Ante esta situación, el gerente defiende más que nunca que el futuro de Manzaneda pasa por la dotación de un sistema de innivación. «Nos ayudaría a consolidar las condiciones de la nieve y evitar las incertidumbres de poder o no abrir los remontes mecánicos», sostiene. El proyecto está sobre la mesa, pero todavía pendiente de aprobación por parte del consejo de administración una vez que pase todos los trámites ambientales. Será un proyecto en varias fases, que dependerá de cómo vaya evolucionando la estación. De momento no hay una cifra oficial del coste que tendría esa primera fase, ni siquiera de los cañones que se instalarían. Sin hablar de dinero, desde Oca Nova Manzaneda defienden la necesidad del proyecto.
En las estaciones más cercanas, de Leitariegos, la cantidad de nieve tampoco es una fiesta. Ayer en San Isidro tenían 100 metros de pista abiertos (según los datos de su web). En Leitariegos los deportistas disfrutaron de 1,8 kilómetros esquiables, después de un fin de semana en el que 1.200 personas pasaron por la estación. Y eso que tienen sistemas de producción de nieve artificial.
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