Las intenciones no eran muy ambiciosas. Apenas un telesquí, un par de pistas de un kilómetro de largo y un pequeño edificio para vender forfaits, bebidas y bocadillos. Le pusieron el nombre de Station du Ski du Col du Jau Pero la aventura no duró mas de tres años.. El lugar era el ideal, una base situada a 1.420 metros y una altura máxima situada a 100 metros más arriba, no ayudaba ni a que la gente disfrutase ni a que la nieve llegase con la suficiente cantidad como para poder pisarla.
El Ayuntamiento de Mosset pensó que podría darle una segunda oportunidad, y se la quedó por el simbólico precio de 1 Franco. A alguien se le ocurrió llamarla "la estación mas pequeña del mundo" y la televisión nacional pensó que sería buena idea ir hasta "la estación mas pequeña del mundo". Tal fue la repercusión, que se llegaron a formar atascos de 8,5 kilómetros en la carretera. Y las pistas, que no tenían capacidad para mas de 100 personas, se saturaban cada fin de semana.
La fama se disipó tan rápidamente como la nieve que les caía. De hecho nunca llegaron a abrir mas de cinco temporadas seguidas, y los esquiadores de la zona preferían irse hasta Puyvalador o Formiguéres, que repasar hora tras hora la misma pista.
La estación abría los fines de semana, las vacaciones escolares y algún miercoles para algún colegio. Los remontes lo hacía funcionar algún vecino voluntariamente que el resto de la semana conducía un camión, o estaba tras el mostrados de una panadería. Así lograron no perder nunca dinero. De hecho en su última temporada cerraron con 1.500 euros de beneficios.
Pero en el año 2000, 'viendo las orejas al lobo' deciden cerrar ya definitivamente antes de que la cosa fuera mal, y allí se quedaron los remontes, sus perchas, el cable y el pequeño edificio cerrado. Con el paso del tiempo se fueron oxidando creando un peligro a los excursionistas y los animales. En 2005 el Alcalde decide desmontarlos, pero los vecinos se oponen ante el coste de las obras.
Pero Internet, las cámaras en los móviles y las redes sociales, han ido sacando de nuevo las verguenzas de ese bosque, así que el Ayuntamiento ha vuelto a proponer desmantelar las instalaciones. Afirma que con la venta de los remontes, podría pagarse gran parte de la factura del desmontaje. Milagrosamente se mantienen en cierto estado, incluso está el cable. Si finalmente se hace, se cerrará de esta manera un capítulo de la historia del esquí, y un museo al aire libre del ski-vintage.