Parece que esta misma corriente conservadora se ha fijado también en los aficionados al esquí. Hace una semana la estación de Shemshak, una de las más cercanas a Teherán, accesible en teleférico prácticamente desde uno de sus barrios de la periferia, inauguró una pista iluminada el pasado 5 de febrero para practicar el esquí nocturno. Pero la dirección de la empresa que gestiona estas pistas, ha anunciado que han tenido que este pasado viernes han tenido que cerrar ya la nueva actividad a instancias judiciales por la "conducta inmoral" la actitud de algunos esquiadores durante el corto período de apertura, incluyendo el comportamiento indecente observado durante la ceremonia de apertura.
No se especifica cuales fueron esos comportamientos que fueron tachados de inmorales pero al parecer un grupo fueron incluso detenidas.
La empresa alaba la iniciativa del poder judicial y la aplicación de la ley, y pide que los que violaron la decencia pública sean procesados de acuerdo a la ley. No es la primera vez que en pistas se detiene a alguien por temas relacionados con las normas de conducta vigentes en la República Islámica. Hasta hace unos pocos años parecía que las estrictas normas morales se habían relajado, pero los dirigente teocráticos vuelven a la carga de nuevo.
La Federación de Esquí de Irán, también ha anunciado que la apertura de la pista nocturna de Shemshak se había hecho sin informar a los funcionarios de esa entidad y pidió castigo severo a los infractores.
El diario Shargh publicó esta semana que esta insistencia es fruto de una inquietud creciente por parte de los partidarios de la línea dura de la política iraní respecto a la invasión de la cultura occidental, que penetra gracias a la televisión y a Internet.
Hace poco ya se hizo viral la noticia de una pandilla de amigos iraníes que fueron duramente reprimidos y azotados por la justicia debido a un vídeo que grabaron en que simplemente se les veía bailando música occidental en la terraza de una casa particular.