La respuesta de touroperadores como Crystal Hollidays o Inghams ha sido la de retirarse de todo el país. La primera de ellas ha emitido una nota a sus clientes comunicando la situación:
“[Ski hosting] está clasificado como un delito penal, y si se detecta nuestros representantes podrían ser multados y enfrentados a un juicio."
Un portavoz de la Valle de Aosta, que cuenta con una ley un poco diferente, en que los instructores de esquí extranjeros sin una licencia de nivel superior pueden trabajar temporalmente bajo la supervisión de una escuela local, afirmó que su posición en este tema no había cambiado y seguían permitiendo al 'ski-hosting' tal como se ha venido haciendo estos años.
Quien se mantiene de momento es la agencia del Ski Club of Great Britain, quien pese a haberse retirado de Francia cuando este país aplicó una Ley parecida para este invierno, mantendrá el servicio en el resto de Regiones italianas. No estará en Suiza, donde también se ha vetado el trabajo de estos profesionales, pero por razones distintas. El Gobierno del país alpino exige que su salario se adapte al de los trabajadores del país helvético.
Estos embajadores se encargan de la recepción de los clientes, y luego los acompañan por las pistas de las estaciones con el objetivo de enseñarles el área esquiable y sus rincones. En algunos casos, la mayoría, también dan nociones de técnica de esquí, y aquí es donde chocan con los profesores locales. Además luego dirigen a sus clientes a puntos de restauración convenidos, tanto para las comidas y cenas como para tomas copas, lo que también pone en alerta al gremio hostelero local, que ven que el dinero de estos turistas en lugar de repartirse por la zona, acaba en puntos concretos.