Estas cifras salieron la semana pasada a relucir en el consejo de administración, que aprobó el presupuesto para la próxima temporada 20142015. Si las previsiones se cumplen, se cerrará con unos beneficios de explotación de diez millones, superando los 8,9 con los que concluyó la anterior.
Con estos números, la sociedad podrá seguir afrontando las amortizaciones con los ingresos que genera la actividad de las estaciones de esquí, salvo que se repita otra temporada catastrófica y haya que recurrir a nuevas ampliaciones de capital. De hecho, la estimación es que puedan subir los ingresos por esquiador, que estaban en algo menos de 33 euros, gracias al impulso de las actividades complementarias a la venta de los forfaits.
Para lograrlo, se espera superar de nuevo el millón de esquiadores entre todas las estaciones del grupo, que en la pasada temporada recibieron a unos 940.000. Este objetivo no es descabellado si se tiene en cuenta que supondría atraer un 20% de los deportistas que se espera recibir en el conjunto del país, un porcentaje similar al alcanzado en 2013-2104 (la diferencia radica en que se pasará de 4,8 a 5 millones de deportistas de una campaña a otra a nivel nacional).
El equipo del ‘holding’ confía en sumar esquiadores con las ofertas que piensan lanzar para grupos, especialmente colegios, apoyándose en la gestión del albergue de Pirenarium y del poblado de Isín. La idea es ampliar la política de bajo precios lanzada el año pasado por el Gobierno de Aragón para atraer visitantes en los días valle. Con este objetivo, promocionará paquetes de alojamiento, desayuno y forfait.
Para cuadrar las cuentas, el grupo Aramón también ha hecho un especial esfuerzo en reducir los costes de explotación. En los dos últimos años se ha logrado ahorrar cerca de 2,5 millones, en lo que han influido los recortes de plantilla, especialmente en la sede central de Zaragoza.
El plan de negocio pactado con los bancos incluye la desinversión de activos en la que se trabaja desde hace meses: la venta del hotel Formigal y de dos parcelas en la misma urbanización, por las que se espera alcanzar sin problemas los ocho millones de euros previstos. Una de ellas, la de Blanchard, se vendió el pasado verano, los «últimos flecos» para cerrar la venta del hotel se pretenden negociar ahora y el consejo aprobó ayer la enajenación de la segunda parcela, la Pignatelli.
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