- ¿Cómo analiza su participación en los Juegos de Sochi? - Estoy satisfecho. Se podía haber hecho mejor, pero fui con objetivos exigentes y me quedo con que he hecho cosas muy positivas. Vuelvo convencido de que el trabajo estaba bien hecho. Veo que me faltan pequeños detalles para dar el gran salto. He entrenado bien y he tenido tramos de carrera buenos, sobre todo la segunda manga del gigante.
- ¿Notó muchas diferencias entre sus dos experiencias olímpicas? - A nivel personal ha sido muy distinto, porque a Canadá fui a coger experiencia, a verlas venir, y aquí he ido a competir. Aunque ya sé que no es lo mismo entrenar que competir, hice dos entrenamientos entre los quince primeros y un día en el de la combinada hice tercero a ocho décimas de Bode Miller. Luego, la competición es otra cosa pero esos detalles te hacen ver que puedes hacerlo también en carrera. No es lo mismo, pero se puede.
- ¿Y entre Vancouver y Sochi? - La diferencia ha sido enorme respecto a cómo se han vivido los Juegos. Se notaba que Sochi es una ciudad pequeña y que no es un lugar donde se vive el esquí y los deportes de invierno en general. En realidad es un balneario, una ciudad de veraneo. Sólo se veían turistas y familiares de deportistas que iban a ver la competición, no había vida propia. En Vancouver, en cambio, era toda la ciudad la que vivía la alegría de los Juegos. Se notaba en el ambiente. En Sochi todo era más artificial.
- ¿Han notado inseguridad? - Yo pensaba que por ese tema todo iba a ser más caótico, con más controles y que iba a ser todo muy complicado, pero a los deportistas nos lo han puesto fácil. Lo han organizado muy bien y nos hemos sentido cómodos.
- Dicen que estos Juegos han sido los más caros de la historia, incluyendo Juegos de verano y de invierno. ¿Se notaba? - ¡Desde luego que sí! La inversión ha sido tremenda y se notaba en todo. En lo que a mí me toca, el esquí alpino, las pistas eran perfectas, ideales para la Copa del Mundo. Creo que podría organizarse allí una prueba cada año o cada dos. Las pistas son óptimas, tanto por el montaje, los medios que han empleado, como por el diseño.Un día tuve la suerte de ir a ver el hockey y los estadios de la ciudad eran increíbles. Se notaba que habían metido dinero a montones.
- Se ha visto a esquiadores en manga corta. ¿Tanto calor hacía? - Ya sabíamos que iba a ser así. Nos ha perjudicado más a quienes íbamos con dorsales altos, porque la nieve se ponía blanda cuando pasaban los primeros. En algunas pruebas había mucha diferencia. Han sido unos Juegos con bastantes sorpresas, como que Svindal se haya quedado sin ninguna medalla o que Bode Miller, con 37 años, haya notado la presión de unos Juegos y sólo haya podido ser octavo.
- ¿Ha coincidido con los otros dos guipuzcoanos, Eguibar y Rojo? - Sí. Estuve con Lucas animándole a tope en su prueba y con Imanol, aunque vivía en la otra Villa Olímpica, también coincidimos. Tenemos muy buena relación los tres.
- ¿Y ahora, a pensar en los próximos Juegos (Pyeongchang, Corea)? - Cuatro años es mucho tiempo. Analizo los resultados al final de cada temporada y a partir de ahí se valora si seguir o no. Este año he dado un salto grande y bueno, y si veo que hay margen de mejora seguiré. De todas formas estudio Odontología y sé que mi futuro está encaminado por ahí.
- O sea que uno no se jubila con lo que gana en el esquí... - Cómo no seas el número uno del mundo olvídate. Además, los años postolímpicos suelen ser los peores económicamente. A ver qué propuesta hace la Federación y si se puede plantear una temporada eficaz y que valga la pena.
Bajada de Paul de la Cuesta en el Descenso olímpico de Sochi 2014.